Extranjeros resienten el rechazo en México

Familias extranjeras viven con el temor constante a la deportación

A pesar de tener más de cuarenta años viviendo en ese país, la familia Gan, sigue siendo acosada por las autoridades.

A pesar de tener más de cuarenta años viviendo en ese país, la familia Gan, sigue siendo acosada por las autoridades. Crédito: Gardenia Mendoza / La Opinión

MÉXICO, D.F.- La familia Gan vive en una permanente zozobra porque aunque todos son mexicanos por legalización o nacimiento desde hace al menos 40 años, todavía las autoridades, colegas y conocidos los siguen tratando como si fueran chinos.

Miguel, el patriarca de 64 años, ha sido enviado en dos ocasiones a estaciones migratorias porque no le creen que es mexicano ni cuando muestra su credencial para votar con fotografía a una autoridad sin competencia para solicitarla.

“Es falsa”, dijo el agente federal que merodeaba un mercado del centro de la capital mexicana hace siete años cuando vio los rasgos asiáticos de Miguel y quiso echarlo. Lo subió a un automóvil y sin más lo llevó ante el Instituto Nacional de Migración (INM).

Un abogado evitó la deportación por mil dólares. Un sobrino de Miguel, oriundo de Hong Kong que lo acompañaba como turista, corrió con la misma suerte porque había dejado el pasaporte en casa del tío.

Tres años después, un comerciante con quien Gan tuvo una pelea en la Central de Abasto del Distrito Federal llamó a la policía local para denunciarlo como indocumentado y así se repitió la historia hasta el pago de servicios de un litigante.

En la estación migratoria vivió un proceso tortuoso donde los agentes aplican criterios poco transparentes para decidir quién se queda y quién sale, según denuncian organizaciones defensores de los derechos humanos que buscan desde años atrás y sin éxito que se les permita ser observadores.

“No se sabe qué pasa dentro de las estaciones migratorias ni por qué niegan algunos trámites a personas que quieren vivir en México, a pesar de que cumplen con todos los requisitos legales”, denuncia Raquel Sevilla, miembro de la Asociación Internacional de Ayuda al Migrante, Refugiado y Asilado (AIMRA).

El INM no respondió a preguntas específicas de este diario, pero a través del Instituto Federal de Acceso a la Información reportó que entre el 1 de septiembre de 2011 y el 22 de abril de 2012 recibió 13,912 solicitudes de regularización migratoria en dos áreas de atención, de las cuales resolvió el 83%.

Sobre el 17% restante, que representa poco más 2,352 no dio detalles sobre el proceso; si fueron desistidas o rechazadas, ni las razones.

Entre los casos de rechazados se encuentra -como ironía de la vida- el yerno de Miguel Gan. Su hija se fue a estudiar a China hace ocho años y se enamoró de un joven de Pekín con quien quiere vivir en México, pero el INM le negó la visa.

“Ella es mexicana, tenemos viviendo aquí tres generaciones, presentaron desde hace un año todos los documentos y aún así lo rechazaron”, cuenta José Gan, cuñado del interesado.

José abrirá en breve un restaurante de comida china cerca del lujoso barrio de San Ángel que sostendrá a su esposa y un bebé de meses y está desilusionado, ya que contaba con otro miembro para el nuevo negocio. También quería un cocinero y un ayudante, pero todos fueron denegados.

Desde hace al menos una década, mafias de traficantes de indocumentados asiáticos, de Europa del Este, el Caribe y África buscan ingresar por México como trampolín para llegar a Estados Unidos y eso ha perjudicado a otros extranjeros de esas regiones con intenciones reales de establecerse en México.

“Gente de esas nacionalidades ha encontrado también nichos de trabajo aquí y redes familiares que los atrae a este país y con ellos se ensañan”, subraya Sevilla quien junto con el abogado Marco Antonio Torres presionan por sacar “del limbo” alrededor de 40 casos sin resolver en Migración de cubanos, chinos e indios, colombianos y nigerianos, entre otros.

“Sin embargo, hay una corrupción tan profunda que sólo autorizan la entrada por algunas delegaciones porque hay redes que pagan a los funcionarios para que permanentemente dejen entrar a sus grupos que les dejan mucho dinero”.

Para bloquear al resto, dice, se remiten a la maraña legal que existe por la nueva Ley de Migración que carece aún de reglamento, a pesar de su aprobación en el congreso desde abril del año pasado.

Por ello, los funcionarios usan viejos y nuevos reglamentos para autorizar las visas, manuales de criterios reservados y hasta “el ojo de buen cubero” con el que según te ven, así te tratan.

AIAMRA documentó dos casos de abusos y uno de negligencia, en este último se concluyó con el despido de algunos agentes del INM porque una colombiana que se encontraba en una estación migratoria del DF le negaron el acceso para que diera a luz fuera de la estación migratoria a pesar de que el marido es mexicano.

Los otros, han quedado en el olvido: un indio al que le pedían ocho mil dólares para dejarlo salir de la estación migratoria a pesar de ser apátrida (su país no lo reconoce por salir sin autorización); y el de la médico naturista Xi Lin, a quien intentaron sobornar con 30 mil dólares para autorizar el ingreso a México de un colega conferencista chino.

En 2011, alrededor de 400 funcionarios del INM fueron despedidos porque no aprobaron los exámenes de confianza, pero diversas organizaciones han sumado voces por una solución más radical: la desaparición.

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