Venezolanos viven drama por asilo político

Aseguran que sólo un pequeño porcentaje de los casos son aprobados por las autoridades de Inmigración

Mariana Molero, junto a su compatriota María Alejandra Cubillán, compartieron sus angustias y su lucha por obtener el asilo político en Florida.

Mariana Molero, junto a su compatriota María Alejandra Cubillán, compartieron sus angustias y su lucha por obtener el asilo político en Florida. Crédito: Cecilia A. Figueroa / Especial para La Prensa

Kissimmee — La venezolana Mariana Molero lleva seis años luchando para obtener el asilo político que le permita, junto a su esposo Adolfo, ambos abogados, tener una estabilidad migratoria en la Florida.

“Nos venimos a Florida motivados por la persecución política que sufrimos, y resulta que aquí estamos sufriendo doble persecución: por el sistema que no nos permite que nos otorguen nuestro asilo”, exclamó Molero, residente de Lakeland.

En marzo pasado, la congresista Ileana Ros-Lehtinen, quien también es presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, pidió al Gobierno se mejore la revisión de las solicitudes de asilo político de los venezolanos y expresó su preocupación porque “sólo un 20% de los casos de asilo político venezolanosrecibe una audiencia en los tribunales de inmigración y sólo una cuarta parte de esas peticiones son aprobadas”.

Entre el 2000 y el 2010 las autoridades de inmigración procesaron cerca de 6,800 solicitudes “afirmativas” de venezolanos, y de estas aprobaron el 45% (unas 3,000) y negaron cerca del 5%. El 50% restante de los casos fueron cerrados, quedaron pendientes de resolución o fueron referidos a los jueces de inmigración, según estadísticas suministradas a la AP por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Por su parte, Mark Arias, abogado de inmigración especializado en casos de asilo político venezolanos, resaltó que en muchas ocasiones, los casos se complican porque los solicitantes no inician sus peticiones de la forma correcta.

“Veo muchas veces que arrancan con personas como notarios o personas que dicen saber de asilo político, a veces pensando en que se están ahorrando un dinero. Luego, cuando tratan de arreglarlo, puede ser demasiado tarde”, explicó.

Además, indicó que los peticionarios deben claramente entender y contestar apropiadamente cada pregunta de la planilla de asilo para documentar el caso lo mejor posible y reunir todos los documentos necesarios, evidencias de la persecución política (si sufrió golpes, amenazas, estuvo hospitalizado, reporte policial, entre otros) para obtener buenos resultados en su primera cita con el oficial de Inmigración.

Así mismo, Victoria Ramos, presidenta de Primero Justicia Región Exterior, en Orlando, dijo que hay mucha necesidad de orientación para muchos venezolanos y otros inmigrantes. “Los amigos les pintan otro panorama totalmente diferente y cuando llegan chocan con el sistema”.

Ana Breamadrid, coordinadora de servicios sociales de esta organización, destacó que “el aplicante tiene que dejar sentado el pasado, presente y futuro de la persecución”.

Por su parte, Molero dice que hasta el momento ha gastado cerca de $50,000 en su peticion: en consultas de abogados, formularios, apelaciones, mociones de reapertura de casos, permisos de trabajos y otros.

“Aún seguimos en la lucha … pero no tengo más dinero”, dijo.

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