México tiene gran número de deportados

El nuevo fenómeno social es la llegada de cientos de miles de repatriados

La mayoría de los expulsados llegan a ese país sin dinero, sin recursos ni redes sociales o gubernamentales que los apoyen.

La mayoría de los expulsados llegan a ese país sin dinero, sin recursos ni redes sociales o gubernamentales que los apoyen. Crédito: Archivo / La Opinión

Primera de Dos partes

TIJUANA, México.- Martín Soto, deportado por Estados Unidos luego de vivir 20 años allí, es una de las almas en pena que deambulan por un refugio para migrantes de Tijuana.

“Para mí el sueño americano fue una pesadilla”, comenta Soto, quien tiene 38 años y estuvo dos años preso en Estados Unidos por vender drogas. “No pude hacer nada allá. Regreso vacío, sin nada”.

En Estados Unidos dejó un hijo adolescente que vive con su madre. “Es quizá lo único bueno que hice allá”, expresó el mexicano al ser entrevistado en la Casa del Migrante, un refugio que en sus orígenes asistía a personas que se aprestaban a cruzar la frontera con Estados Unidos ilegalmente y que hoy cumple una función muy distinta.

La Casa del Migrante acostumbraba a recibir jóvenes de 18 a 25 años que iban a Estados Unidos por primera vez y estaban llenos de esperanzas. Hoy, predominan los hombres de 30 a 40 años, casi todos repatriados, que ya conocieron “el otro lado” y sienten que el sueño americano terminó. Para muchos de ellos, México es un país extraño, ya que se fueron a Estados Unidos de niños.

“La mayoría no tiene raíces aquí” porque han vivido mucho tiempo en Estados Unidos, dijo Luiz Kendzierski, director de la Casa del Migrante, pionera en México y Centroamérica en este tipo de instituciones. “Están desorientados, quizá con la misma incertidumbre que tenían antes. Ya no ven a Estados Unidos como una ilusión”.

Esta posada que alberga a miles de migrantes es una radiografía de los cambios en los patrones de migración causados por la evolución de los sistemas económicos y las políticas de México y Estados Unidos en el último cuarto de siglo.

La dinámica en la frontera comenzó a cambiar en 1993, cuando el gobierno estadounidense formuló una nueva estrategia de control fronterizo incrementando la vigilancia a través de la instalación de muros y equipo electrónico en las rutas que tradicionalmente habían usado los migrantes sin papeles.

El aumento de la vigilancia en la frontera, que se acentuó tras los ataques del 11 de septiembre del 2001, combinado con la recesión económica y la creciente persecución de extranjeros sin papeles que residen en Estados Unidos, han desalentado el flujo de inmigrantes que cruzan la frontera ilegalmente, según los expertos. Paralelamente aumentaron las deportaciones.

De acuerdo al Instituto Nacional de Migración (INM), en 2001 fueron repatriados de Estados Unidos a México 791,256 mexicanos, y durante los siguientes diez años un promedio de 527,055 mexicanos anuales.

“México se ha convertido no sólo en un país de inmigración, emigración o de paso, sino también en un país de deportados”, afirmó Luis Escala, coordinador del Seminario Permanente de Migración Internacional del Colegio de la Frontera Norte (Colef).

Es a partir del 2001 cuando el INM percibe un cambio en la composición de los deportados; advierte que se incrementa la proporción de quienes son repatriados desde el interior de Estados Unidos y no necesariamente de los detenidos en la frontera con México. El INM tiene registrado que durante los tres primeros meses de este año fueron repatriados de Estados Unidos 103,222 mexicanos.

Actualmente pocas personas están intentando cruzar de forma ilegal a Estados Unidos debido en parte al desempleo en ese país, el peligro para ingresar al país vecino sin papeles a causa de la amenaza constante de cárteles mexicanos y el cambio de condiciones económicas en México, indicó el centro de investigación Pew Hispanic Center.

La institución dijo que se generó así una coyuntura caracterizada por una merma en la cantidad de gente que ingresa ilegalmente a Estados Unidos y un aumento de las deportaciones de ese país, en la que la tasa de migración de los mexicanos cayó a cero, de acuerdo con la comparación de cifras estadísticas de los censos de población y vivienda de ambos países.

El Pew Hispanic Center apuntó que en un periodo de cinco años, de 2005 a 2010, cerca de 1.4 millones de mexicanos emigraron a Estados Unidos, mientras igual número regresaron a México junto a sus hijos nacidos en Estados. El contraste es notable con lo sucedido de 1995 a 2000, en que emigraron 3 millones de mexicanos a Estados Unidos y menos de 700,000 regresaron a México.

El centro de estudios, por otro lado, apuntó que en el 2005 hubo un millón de aprehensiones fronterizas de mexicanos que intentaron cruzar la frontera ilegalmente y que esa cifra disminuyó a 286.000 en 2011.

Rafael Alarcón, de Colef, acotó que los deportados de hoy son a menudo “hombres que han vivido muchos años en Estados Unidos y por tanto tienen esposas e hijos, por lo que su expulsión rompe lazos familiares”.

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