Papa culpa a católicos de pérdida de fieles
En América Latina la gente abandona la iglesia católica porque sus seguidores fallan en formas y métodos, afirmó Benedicto XVI.
Ciudad del Vaticano (Notimex).- El papa Benedicto XVI reconoció hoy que la pérdida de fieles en la Iglesia en América Latina es, en parte, culpa de los mismos católicos, muchos de los cuales han fallado en sus formas y métodos pastorales.
En un discurso pronunciado ante obispos colombianos, a quienes recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano, el pontífice invocó una nueva pujanza en la acción pastoral en la zona, donde el “pueblo de Dios” está llamado a purificarse y a revitalizar su fe.
“El creciente pluralismo religioso es un factor que exige una seria consideración. La presencia cada vez más activa de comunidades pentecostales y evangélicas, no solo en Colombia, sino en muchas regiones de América Latina, no puede ser ignorada ni minusvalorada”, dijo.
“Muchas veces la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que creen los grupos no católicos, sino fundamentalmente por lo que ellos viven; no por razones doctrinales sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos sino metodológicos de nuestra Iglesia”, sostuvo.
Asimismo estableció que facilitar un intercambio sereno y abierto con los otros cristianos, sin perder la propia identidad, puede ayudar a mejorar las relaciones con ellos, a superar desconfianzas y enfrentamientos innecesarios.
Más adelante advirtió que Colombia no es ajena a las consecuencias del olvido de Dios, a causa de la crisis de valores espirituales y morales que incide negativamente en muchos de sus ciudadanos.
Pidió a los obispos que no dejen de señalar todo aquello que entorpece el recto progreso de la nación, buscando salir al encuentro de los que están privados de libertad por causa de la violencia.
Los invitó a redoblar los programas tendientes a acompañar a cuantos sufren pruebas, a las víctimas de los desastres naturales, a los más pobres, a los campesinos, a los enfermos y afligidos, multiplicando las iniciativas solidarias y las obras de amor y misericordia en su favor.
Además les recomendó no olvidar a los migrantes, a los desempleados, a quienes ven avasallados sus derechos fundamentales y son forzados a desplazarse de sus propias casas y a abandonar sus familias bajo la amenaza de la mano oscura del terror y la criminalidad.
Y les encomendó también atender a quienes “han caído en la red infausta del comercio de las drogas y las armas”.