Héroe con nueva cara Andrew Garfield habla del reto de hacerse con el papel del Hombre Araña en ‘The Amazing Spider-Man’
Andrew Garfield conversa sobre los cambios y novedades que aporta al Hombre Araña en el relanzamiento de la franquicia, 'The Amazing Spider-Man'
NUEVA YORK. La cita con Andrew Garfield, el nuevo Peter Parker cinematográfico (¿o habría que decir Spider-Man?) tuvo lugar solo poco más de 24 horas antes de que el actor, aplaudido por su labor en The Social Network, tuviera que asistir a la entrega de los premios Tony de teatro, donde estaba nominado por su aclamada actuación en el clásico Death of a Salesman.
Al recordarle el evento -y desearle suerte-, este joven californiano de 28 años, que residió la mayor parte de su infancia y adolescencia en Londres, puso cara de sorpresa. “¿Los Tony?”, preguntó. “Oh, sí, sí, sí, son mañana. Estoy tan cansado… No sé ni dónde estoy”, se respondió al instante.
Esa misma inocencia y sinceridad es lo que los responsables de la nueva entrega de la franquicia de Spider-Man vieron y los hizo apostar por él para dar vida al superhéroe del cómic en The Amazing Spider-Man, que se estrena el martes.
El filme es un relanzamiento de la saga que, en 2002, inició Tobey Maguire en el papel del Hombre Araña y que, en tres episodios dirigidos por Sam Raimi, logró recaudar en todo el mundo casi 2,500 millones de dólares.
Muchos se preguntan por qué es necesario regresar a la historia de cómo Parker se convirtió en Spider-Man, que es lo que detalla The Amazing Spider-Man, que ha realizado Marc Webb (500 Days of Summer), solo diez años después de la primera parte de la trilogía previa y cinco años tras el estreno de la última parte.
Pero The Amazing Spider-Man no solo aprovecha la nueva tecnología para ser mostrada en tres dimensiones, sino que además incide en los pormenores más melodramáticos de la historia y el personaje.
“No me sorprendió” esa apuesta argumental, expresó Garfield al respecto, “porque eso es lo que sucede, es la historia. Los cómics siempre han sido así. Su base es muy intensa y difícil. Lo que le sucede es dramático. Acercarse a eso de una forma lo más realista posible fue muy interesante. Pero durante el proceso, tratamos de inyectar cuanta más diversión pudimos, porque eso es lo que el público quiere”.
Garfield es secundado en el reparto por Emma Stone (The Help), como Gwen Stacy, Denis Leary (Rescue Me) dando vida al padre de esta, un capitán de la policía neoyorquina, Martin Sheen (The West Wing) y Sally Field (Forrest Gump) en los papeles de los entrañable tíos del protagonista, y Rhys Ifans (Notting Hill) como el científico Dr. Curt Connors, que termina transformándose en el terrorífico y gigantesco The Lizard, el villano de la historia.
Garfield -que, dicen, está en estos momentos manteniendo una relación sentimental con Stone-, reconoció con notable sinceridad que “el guión evolucionó mucho durante la producción. Pasó por muchas versiones… Mucho del diálogo fue improvisado. La estructura estaba allí. Pero Denis, Martin y Sally son expertos en improvisación. Fueron los actores lo que crearon las relaciones que se ven [en la pantalla]. Hablar del guión es raro, porque siempre estuvo cambiando…”.
Un papel como el de Spider-Man requiere de una notable predisposición física por parte del actor. “Siempre trato de encontrar una cierta aproximación corporal a los personajes [que interpreto]”, detalló. “Es como me siento cómodo [como actor]. Me integré en el equipo de dobles [de acción] de forma muy fácil y allí me ayudaron mucho para sentirme parte de ellos y tratar de hacer las escenas [de acción] yo mismo”.
Garfield, que no quiso responder a la pregunta de por qué la mayoría de actores que hoy dan vida a superhéroes de cine -Superman, Thor, Wolverine, los dos principales personajes de X-Men- no son norteamericanos: “no lo sé… de verdad que no. No tengo una respuesta”, aseguró- se apresuró en reconocer que en ningún momento se planteó una lista de lo que tenía que hacer diferente a Tobey Maguire. “No hay una lista: me limité a recordar qué es lo que siempre he querido hacer con él, porque he sido un fan de Spider-Man desde que tenía tres años”, afirmó.
“Mantengo una relación con él desde hace 25 años. Dentro de mí me creo Peter Parker, y eso es lo que hacemos todos sus fans. Tuve esa guía para moverme hacia dónde tenía que ir. No pensé: ‘tengo que hacer esto o no puedo hacer aquello’. Fue instintivo”.
The Amazing Spider-Man ofrece una oportunidad ideal para ver sus hazañas en tres dimensiones, un formato que “encanta” al actor. “Avatar cambió mi percepción de lo que se puede hacer [en cine], cómo me sumergió en la película. Es un formato que se adapta a la perfección para Spider-Man”, dijo. “Pero en el aspecto de producción es más complicado: existieron muchos problemas técnicos, retrasó el rodaje… Era difícil para nosotros porque no nos dejó encontrar un ritmo de trabajo [normal]. Fue duro”.
Garfield terminó la conversación hablando de su experiencia en los escenarios de Broadway, donde hasta hace poco compartió cartel con Phillip Seymour Hoffman en la adaptación que Mike Nichols, director de The Graduate, Wolf y Angels in America, hizo de Death of a Salesman, de Arthur Miller.
Precisamente es Nichols lo que ha marcado al joven actor para siempre.
“Él es todo lo que uno desea que fuera. Un hombre amable, una buena persona”, describió. La experiencia, concluyó, “fue increíble: da tanto poder a los actores, los deja encontrar su forma de ser, sin presión. Él está tan seguro de sí mismo, que no necesita controlarlo todo. Si un actor tiene una buena idea, la usa. Es un hombre de familia, un padre, que crea un ambiente de harmonía y amor, donde todo el mundo se apoya en el otro”.
Un artista que proviene de una época en la que el actor era el elemento más importante del que gozaba el director. Algo que, según Garfield, “ha cambiado. Lo que es terrible para actores como yo”, sentencia. “La relación entre un actor y director es tan importante… porque el actor es la voz”.