Carisma hasta la médula
Judi Dench regresa como la jefa de James Bond en Skyfall, que protagonizan Daniel Craig y Javier Bardem
BUCKINGHAMSHIRE, Inglaterra.- Durante los últimos meses, Judi Dench se ha paseado por las pantallas de cine con el melodrama británico The Best Exotic Marigold Hotel, que se ha convertido en una de las producciones independientes de más éxito del año en todo el mundo, habiendo recaudado 126 millones (solo costó diez…).
Una de las razones, sino la única, de su triunfo comercial es su reparto, impecable, encabezado por Maggie Smith (Downton Abbey), Bill Nighy (Pirates of the Caribbean), Tom Wilkinson (Mission: Impossible Ghost Protocol) y, por supuesto, Judi Dench.
La veterana actriz inglesa, de 77 años, se ha convertido en uno de los rostros más reconocidos de la pantalla, gracias a sus actuaciones en Shakespeare in Love, por la que ganó un Oscar a la Mejor Actriz de Reparto (una actuación de tan solo ocho minutos, la más corta jamás recompensada con tal estatuilla), Chocolat, Jane Eyre, Nine, J. Edgar y su papel de M, la jefa del agente 007 en todas las entregas de la saga desde Goldeneye (1995).
Hace unos meses se dio a conocer que sufre una enfermedad visual llamada degeneración macular, que le impide leer los guiones que le envían, de ahí que se los aprenda al tiempo que le son leídos por su agente o su hija -fruto de su relación con el actor Michael Williams, con quien estuvo casada durante casi 40 años, hasta que este murió en enero de 2011-.
No obstante, durante su cita con este medio la pasada primavera, mientras rodaba en los estudios ingleses de Pinewood Skyfall, la más reciente entrega de la serie de Bond, que se estrenará el próximo otoño, Dench en ningún momento se mostró afectada por tal enfermedad.
Su animada compostura, extremada amabilidad y notable elegancia fueron constantes.
Para ella, lo importante de su aportación a la franquicia que ahora protagoniza Daniel Craig es que su M otorga “un ángulo distinto”, explicó. “No es un hombre diciéndole a Bond lo que tiene que hacer. Es una mujer, y eso le da una fuerza especial”.
Encantada de regresar, probablemente por última vez, al personaje, porque, tal y como reconoció, “pensé que no habría otra película Bond para mí”, dijo no se hizo mucho de rogar para participar en Skyfall.
“Solo esperé a ser preguntada. En este caso, enviaron el guión a mi agente, quien me lo leyó. Pensé que era maravilloso. Y aquí estoy”, sentenció.
Otra ventaja de este nuevo largometraje, en el que Javier Bardem da vida al villano -“Javier es maravilloso”, dijo-, es que cuenta con la dirección de Sam Mendes, realizador de American Beauty y Road to Perdition.
“Sam es un amigo mío. Trabajé con él en [la obra] The Cherry Orchid, creo que fue la segunda obra teatral que dirigió”, recordó. “[Él] era mucho más gritón en aquella época. No lo es tango ahora. Está mucho más calmado y es mucho más listo… Con Sam hacemos muchas tomas y no nos deja irnos hasta que consigue lo que quiere”.
Del papel de M en Skyfall no quiso revelar mucho -el argumento sigue estando en el más absoluto de los secretos-, aunque sí reveló que “hay mucho más de mí en esta película. Tenemos mucho más que mostrar acerca de cómo M se siente frente a Bond, y sobre su pasado… M se mete en líos, pero no puedo decir qué clase de líos”.
Dench afirmó que actúa en filmes como estos -o The Chronicles of Riddick- “por mi nieto. Él tiene 15 años y le encantan estas películas”.
También rememoró su pasión por la serie Bond durante los años 60 y 70.
“James Bond es icónico. Esperábamos el nuevo filme de la serie cada dos años. Yo iba siempre con mi marido, quien era un gran fan del personaje. Estuvo muy contento de tener a una Mujer Bond en la familia… ahora que no se llaman Chicas Bond… [porque] M nunca había sido una mujer”.
Con respecto a las diferencias entre Pierce Brosnan y Daniel Craig, Judi Dench -con una celebrada carrera en los escenarios y la televisión desde los años 60- relató que “los dos son Bond, pero las diferencias son extremas. Daniel es un Bond de hoy, pero los dos tienen esa cualidad que les permite reírse de sí mismos, que es esencial. Daniel ha hecho el personaje suyo. Los dos son actores muy distintos, pero los dos ha agarrado un personaje como este, lo que no es precisamente fácil”.
Reiteró esas diferencias dando lo que se podría definir como una clase magistral de actuación… en unos segundos. “Si esta noche hiciéramos Hamlet, y la hiciera contigo [agarra la mano del periodista a su izquierda], lo haríamos de una forma muy concreta”, describió.
“Si mañana por la noche la hiciera contigo [agarra la mano de quien esto firma], aunque vayamos a decir lo mismo, la forma cómo lo decimos sería muy diferente. Es nuestra naturaleza. Es un acto reflejo. Si estuviera haciendo Skyfall con Pierce, yo reaccionaría de forma distinta a como lo hago con Daniel”, terminó.