Hicieron escuchar su voz
Los "dreamers' lograron que el tema migratorio saliera del congelador en el que estaba desde el 2007
WASHINGTON, D.C.- En pleno centro de Washington, la calle K es conocida por acoger a cientos de cabilderos, que pululan entre el gobierno y Congreso. Un centro de poder indiscutible. Pero la acción diferida otorgada a los Dreamers, parece una excepción a esta vieja imagen ¿se rompió uno de los esquemas más clásicos en la capital del país?
Para nadie es un secreto. Congresistas y ex empleados en puestos de poder, que luego se transforman en cabilderos de sus ex colegas y amigos. Millones de dólares por parte de empresas y grupos de interés, fluyen por las oficinas de conocidos “lobistas” que representan los intereses de sus clientes.
Agencias de gobierno, personal de legisladores figuran en los registros que citan reuniones con cabilderos. Pero en el caso de la acción diferida, que se le dio esta semana a los “Dreamers”, la historia detrás del logro, se salió de lo convencional.
En 2011, sólo dos entidades incluyeron en sus registros de cabildeo, el otorgamiento o aplicación de este tipo de beneficio por parte del gobierno: Federation for American Immigration Reform (FAIR) y MALDEF. En total esto se tradujo en 65,700 dólares. En particular, FAIR, es conocido por su oposición a este tipo de beneficios migratorios.
Ya en 2012, la base de datos de cabildeo en el Congreso, muestra a siete organizaciones, involucradas en el área. Como por ejemplo, NALEO, People for the American Way, MALDEF, Universidad de California, entre otras.
En total, estas organizaciones sumaron 389,050 dólares en cabildeo. Una cifra muy por debajo a lo que se ha registrado, tras el logro de otro tipo de medidas o legislación. ¿Qué pasó entonces? ¿Cómo se logró este triunfo?
Para Frank Sharry, director ejecutivo de Americas Voice, un organismo que usualmente realiza cabildeo en temas de inmigración, los Dreamers implicaron un cambio en los esquemas tradicionales. “El poder, la fuerza, ya no vino de los dólares, ni de las contribuciones, sino de las personas. Con el cabildeo, en general nunca habíamos tenido mucho éxito para impulsar medidas como estas”.
“Con los Dreamers, la fuerza emanó desde fuera de Washington y se encarnó en desobediencia civil en las oficinas de campaña del Presidente y un escalamiento en las tácticas de movilización”, agregó.
Sharry aseguró que desde la derrota de la reforma migratoria en 2007, el movimiento de base, tuvo que replantear sus estrategias y se enfocó mucho más en la movilización de votantes. En este escenario surgieron con fuerza los Dreamers en 2010. “Era el aire fresco que necesitábamos”, dijo.
Gaby Pacheco, fundadora de United We Dream coincide con esta visión, pero también reconoció que factores como el momento político actual y otros actores relevantes, se combinaron para lograr el resultado.
Entre ellos nombró los llamados “End cases” o casos de jóvenes a punto de ser deportados, con historias humanas conmovedoras, que salieron a la luz pública. También figuró un cambio en el debate medial, dado, de cierta forma, desde la publicación de la historia de José Antonio Vargas.
A su vez, mencionó las acciones de los Dreamers que se coronaron con el discurso del Presidente Barack Obama en el Consejo Nacional de la Raza, el año pasado, donde dijo que no podía ignorar al Congreso y el público clamó “sí se puede”.
“Tuvimos la campaña llamada ‘endourourpain’. Este año las acciones comenzaron a escalar en las oficinas del Presidente, conseguimos apoyo de grupos como académicos de prestigiosas universidades que decían que sí se podía implementar una medida de este tipo”, explicó Pacheco.
En medio de este escenario, el senador Marco Rubio (R-FL) se encontraba hablando de un posible proyecto de Dream Act y la Administración por su parte, desde hace varios meses, estaba tratando de ejecutar una política consecuente de priorizar la deportación de criminales.
Una combinación extraña, pero funcional, que dejó sin trabajo a los cabilderos, pero que logró resultados concretos, que llevaron esta semana, al envío de miles de aplicaciones para obtener acción diferida. Un primer paso para salir de las sombras.