Ciencia y política

El comentario de Todd Akin refleja una corriente conservadora

La controversia con el comentario del congresista Todd Akin, de que la mujer tiene un sistema biológico que le ayuda a prevenir el embarazo durante una violación, refleja una visión conservadora de un sector dentro del Partido Republicano incapaz de reconciliar el conocimiento científico con sus valores.

Akin ha pasado a ser un paria dentro de su partido porque la barbaridad dicha en una entrevista en TV ha puesto en peligro las ambiciones republicanas de recuperar el Senado. Un plan para el cual es clave un triunfo en Missouri, en donde Akin es el candidato a la Cámara Alta.

En este caso hay un ángulo electoralista, pero nos preocupa más que con esas ideas sobre la biología humana Akin sea integrante del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara Baja. Y esto no es casualidad.

La teoría médica expresada por Akin fue y sigue siendo promovida por el Dr. John C. Wilke, quien ha presidido por más de una década el Comité Nacional del Derecho a la Vida. No es sorpresa que este punto de vista haya cautivado a los opositores acérrimos al aborto, en aquellos que no lo justifican ni en caso de violación, sin importarles que la mayoría de los médicos la rechace por completo.

Otro ejemplo es el calentamiento global producido por las emisiones contaminantes como el dióxido de carbono. En este caso, es la industria la que asegura que la creciente información científica que lleva elaborándose por años es una mentira. Ellos tienen un gran incentivo económico para creer en un pequeño número de científicos que apoyan la teoría de la industria en estudios pagados por la misma industria.

Por último, la teoría de la evolución es la otra gran enemiga en círculos conservadores. Es más sencillo atacar esta idea que reconciliarla con las creencias religiosas. Por eso, hay quienes creen que el mundo fue creado hace 10 mil años y que los humanos andaban a caballo de los dinosaurios.

A lo largo de la historia la ciencia y la creencia popular se enfrentaron una y otra vez. Como resultado el mundo no es plano y nuestro planeta no es el centro del universo. Sin embargo, todavía persisten falsas premisas políticas, como la de Akin, sobre asuntos científicos que tranquilizan la conciencia, avanzan la ideología y/o engordan el bolsillo. Pero que de verdad no tienen nada.

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