¿Eres bipolar?

Sentirse descontrolada por convivir con una persona cercana o no, que a lo largo del año puede expresar que se siente y se muestra capaz y efusiva para cumplir con todas sus metas y anhelos, está ilusionada y hasta se nota feliz y positiva, mientras que en otro periodo se concibe a sí misma como el ser más infeliz de la Tierra y alberga pensamientos en extremo negativos, no es algo que deba de extrañar.

Aunque todos somos sujetos a cambiar de estado de ánimo, una diferencia enorme es que en un individuo sano esto dependerá del periodo de vida por el que atraviese, en tanto que quienes manifiestan esta sintomatología sin un motivo en particular, enfrentan un problema emocional.

¿A qué se debe este cambio tan radical de emociones? Se trata de un padecimiento que en la actualidad se conoce como trastorno afectivo bipolar y que en la antigüedad era calificado como psicosis maníaco depresiva.

La bipolaridad se ha convertido en un término que sirve para calificar a una persona con cambios notables en el carácter, pero que no padece este trastorno, al grado de que existen personajes de programas de televisión que se asumen como tal.

Lo riesgoso de esto es que al generalizar o tomar el tema como un asunto divertido, se pierden oportunidades reales de brindar un tratamiento oportuno que permita al paciente controlar su padecimiento y llevar una vida normal como la de cualquier otra persona.

Lo principal en este tipo de trastornos, es reconocer que se vive con esta condición y estar dispuesto a solicitar la ayuda de un especialista. Desde luego, para ofrecer tratamiento el médico se basará no solamente en los testimonios que puedan brindar los familiares, amigos o compañeros de trabajo y la historia clínica, además será necesario realizar exámenes médicos que confirmen el primer diagnóstico.

Es importante mencionar que las personas con bipolaridad requieren de mucha comprensión y apoyo por parte de quienes los rodean.

Los cambios en su comportamiento suelen causar rupturas en sus relaciones personales y laborales, lo que puede convertirlos en personas solitarias y por ende complicar aún más su situación.

“Las personas que presentan este tipo de padecimientos ven mermada su autoestima, por eso es recomendable que quienes están cerca de ellas tengan conocimiento de que no se trata de actitudes que el paciente pueda controlar y que se piense que actúan con premeditación. Si bien es cierto que el tratamiento farmacológico representa una gran ayuda para controlar la bipolaridad y que les permite llevar una vida plena, también lo es que el apoyo de los familiares y amigos es primordial para afrontar este trastorno”, explica la psicóloga Cecilia Amézquita.

Lamentablemente el trastorno bipolar no es curable, pero sí controlable, y es básico que quien lo padece tome ordenadamente el medicamento para evitar que se presenten episodios de crisis.

Uno de los principales temores que existen alrededor del tema es que por la naturaleza del problema las relaciones interpersonales están encaminadas al fracaso, “esto no es así, hay pacientes que reciben terapia psicológica y medicamento y llevan una vida perfectamente normal.

Se trata de individuos que al igual que cualquier persona tienen aciertos y errores, cualidades a explorar y actitudes en las que hay que trabajar para ser mejores seres humanos. Un padecimiento de este tipo no debe convertirse en motivo para calificar a la persona o para discriminarla”, afirma la especialista.

Brindarles apoyo emocional, amor y comprensión son piezas clave para ayudar a una persona con trastorno bipolar a enfrentar su condición y a desenvolverse con libertad y certeza en su círculo de convivencia.

Colaboración de Fundación Teletón México.

“El principio de ser paciente empieza con uno mismo”.

Bojorge@teleton.org.mx