Empleada lleva querella
Ella alega que presuntamente sus patrones se deslindaron de toda responsabilidad
La deuda de más de $70,000 dólares por gastos médicos y el inminente embargo de su vivienda parecen agobiarla más que los dolores en la columna que le ha dejado una supuesta caída por las escaleras que aparentemente sufrió el 19 de enero.
Desde entonces, hace ocho meses, Patricia López no ha podido trabajar.
Ella afirma que laboraba como empleada doméstica y su expatrón, un profesor universitario de Cal State Northridge (CSUN), le pagaba en efectivo bajo un presunto contrato verbal de $1,100 dólares por 60 horas de trabajo a la semana, sin beneficios médicos ni ninguna otra prestación.
La supuesta caída que sufrió, cuenta esta mujer guatemalteca de 37 años de edad, fue cuando uno de los niños a los que cuidaba, presuntamente la aventó por las escaleras de la casa de Westwood que limpiaba.
La División de Compensación al Trabajador (DWC o Worker’s Comp) le negó la indemnización por lesión laboral argumentando que tenían una versión diferente de lo sucedido.
El día de la supuesta caída, Patricia López fue trasladada a una sala de emergencias. Ella alega que presuntamente sus patrones se deslindaron de toda responsabilidad.
La mujer dice haber trabajado por más de cinco años como empleada doméstica para David T. Russell, profesor en el Departamento de Finanzas de CSUN, pero hoy se encuentra en medio de un pleito legal para poder recuperar alguna indemnización por la supuesta lesión sufrida en el trabajo.
También para que le paguen las horas extras, los días festivos y las vacaciones que afirma nunca le pagaron y así saldar sus deudas y salvar la casa que está a punto de perder.
En una presunta carta enviada a los abogados de Patricia López, el profesor Russell niega que haya sido su empleada durante tanto tiempo y alega que el pago de horas extra estaba ya incluido en el sueldo, que conforme a las leyes de California las empleadas domésticas o “babysitters” son tratadas de manera diferente respecto al pago de horas extras.
Y tal parece que sí, que las leyes laborales de California no respaldan a este grupo de empleadas y por ello Patricia López urgió al gobernador Jerry Brown a firmar la iniciativa de ley AB889 aprobada ya por la Legislatura estatal para proteger a las trabajadoras domésticas.
“Porque no contamos con ningún derecho laboral, somos las esclavas de hoy”, mencionó.
Entre otras cosas, la AB889, también conocida como Carta de Derechos de las Trabajadoras Domésticas, permitiría a estas empleadas a cobrar por horas extra, tener descansos y tiempo para comer.
A quienes viven en las casas donde trabajan, la nueva ley (si es que la firma el Gobernador) obligaría a que las trabajadoras domésticas tengan ocho horas sin interrupción para dormir y que puedan usar la cocina para hacerse su comida.
“Es lo mejor que podría hacer el gobernador por nosotras”, mencionó López. “Porque a mi (los patrones) me decían ‘we love you’, siempre vas a estar con nosotros, que yo era una muy buena, una maravilla, pero ahora que los necesito se les olvidó todo eso”.