Buscan seguridad futura

Ambos presidentes toman resultados y estudios del presente sexenio

Felipe Calderón (c-d), y su sucesor, Enrique Peña Nieto (c-i), reunidos ayer  en Ciudad de México.

Felipe Calderón (c-d), y su sucesor, Enrique Peña Nieto (c-i), reunidos ayer en Ciudad de México. Crédito: EFE

MÉXICO, D.F.— El presidente Felipe Calderón y su próximo sucesor, Enrique Peña Nieto, se reunieron ayer para analizar la estrategia de seguridad a seguir para los próximos seis años basado en la información, resultados y análisis del presente sexenio.

Es la cuarta ocasión que los políticos mexicanos y sus respectivos equipos se reúnen durante el período de transición de Gobierno, aunque en esta ocasión estuvieron presentes los secretarios de Gobernación, Alejandro Poiré; de Defensa Nacional, Guillermo Galván; de Marina, Francisco Saynez, y la procuradora General de la República, Marisela Morales.

A lado de Peña Nieto estuvieron Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong, piezas claves en el enlace del nuevo Gobierno con la administración actual desde que iniciaron los diálogos el pasado 13 de septiembre.

El presidente electo, quien tomará posesión el próximo 1 de diciembre, dijo en diversos foros que “ajustará” la política de seguridad emprendida por Calderón durante el sexenio, la cual tuvo como estrategia principal la confrontación directa de las Fuerzas Armadas con las bandas del crimen organizado, especialmente las dedicadas al tráfico y venta de drogas, con un saldo de más de 60 mil muertos y miles de desaparecidos.

Peña dará prioridad al combate a los delitos que impactan de manera directa a la sociedad como el secuestro y la extorsión, pero no ha dejado claro cuál será concretamente su actuar ante los narcotraficantes.

“El Estado tiene por obligación irrenunciable combatir el crimen organizado. No caben modelos ni de negociación, ni de acuerdo, sino de hacer prevalecer la ley y de combatir con toda la fuerza del Estado mexicano al crimen organizado”, dijo.

Al ser cuestionado hace dos semanas durante una gira por Latinoamérica sobre una posible permisividad a las operaciones del crimen organizado para evitar la confrontación, defendió que “este tipo de señalamientos” fueron sólo “enmarcados dentro del clima electoral”, de descalificación, de señalamiento, “sin sustento alguno”.

La tesis principal de Calderón sobre la expansión del crimen organizado en el país apunta al narcomenudeo: los delincuentes necesitan un equipo de trabajo amplio para hacer las labores de venta al estilo Coca Cola o Pepsi Cola, donde el reparto en minucias se convierte en una labor titánica.

¿Cuántas personas se necesitan para hacer cruzar una tonelada de cocaína a Estados Unidos? A lo mejor cinco, 10, 20, 100… expuso Calderón recientemente en EEUU. Pero, ¿cuántas personas se necesitan para distribuir un millón de bolsitas de un gramo de cocaína? Se necesita cientos o a lo mejor miles de personas, muchas personas en la distribución. Es un negocio completamente distinto.

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