Mueren cuatro en cárcel
Implicados buena parte de los 490 reos de una prisión en Zacatecas
MÉXICO, D. F. (EFE). Cuatro reos murieron y 16 más resultaron heridos en una riña ocurrida en la cárcel de Cieneguillas, en el estado de Zacatecas, ubicado en la zona norte de México, informaron ayer fuentes de la prisión.
En declaraciones a la emisora Radio Fórmula, el director de la cárcel, Francisco Javier Bernal Ortiz, confirmó el saldo final de unos disturbios registrados ayer a partir de las 5:00 de la tarde, hora local (10:00 de la noche, hora del meridiano de Grenwich) y en los que estuvieron implicados buena parte de los 490 presos del centro penitenciario.
“Se golpearon con tablas que tomaron de las bancas de la iglesia. Era una golpiza entre todos, dura”, agregó el alcaide.
Medios locales identificaron a las víctimas mortales de la trifulca como Darío Calderón González, Diego Abraham Cervantes Carranza, Ricardo Gaytán Lucio y José Luis Martínez Pacheco.
La causa de la pelea “se infiere que es por el control interno del Centro de Readaptación Social [Cereso]”, detalló Bernal.
Indicó que “todas las lesiones” de los muertos y heridos “fueron por medio de tablas, de palos que afilaron en punta, y piedras.”
Los reclusos “destruyeron bancas de cemento y de ahí tomaron piedras para lesionar a los demás.”
La Policía Federal, la estatal (de Zacatecas), la metropolitana y los custodios, más de medio centenar del turno, se coordinaron para controlar la situación, lo que lograron al cabo de dos horas, sostuvo Bernal.
La Procuraduría General de Justicia de Zacatecas ya abrió una investigación de los hechos, indicó el funcionario de prisiones.
La cárcel de Cieneguillas es la misma donde el pasado 22 de agosto desapareció la antecesora de Bernal Ortiz, Fabiola Quiróz Zárate, quien pudo haber sido secuestrada.
“No se tiene conocimiento de su paradero ni ninguna noticia al respecto”, dijo ayer Bernal.
En febrero pasado, México registró la peor masacre en cinco años en una cárcel del norteño estado de Nuevo León, donde 44 personas fueron asesinadas para encubrir la fuga de una treintena de reos de la organización criminal de Los Zetas.