Difícil escoger entre las opciones

La mayoría de las Proposiciones son dificiles de entender para los votantes

El gobernadorBrown  ha dicho que  si no se aprueba la Prop. 30 habrá recortes en la educación.

El gobernadorBrown ha dicho que si no se aprueba la Prop. 30 habrá recortes en la educación. Crédito: AP

SACRAMENTO.— Marielos Moreno está acongojada porque no entiende ‘ni papa’ de las proposiciones y medidas que aparecerán en la boleta electoral de noviembre.

“No sé qué voy hacer. Voy a necesitar ayuda. No sé nada de política”, dice preocupada.

Moreno es una inmigrante salvadoreña que trabaja como niñera en Vacaville y que votará por primera vez en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.

Pero Moreno no está sola en esa angustia, el votante californiano promedio no comprende las iniciativas electorales, sobre todo las que tienen que ver con mayores impuestos y reformas al gobierno.

Este año, es aún más complicado porque hay iniciativas que compiten entre sí como la proposición 30 impulsada por el gobernador Jerry Brown para aumentar por cuatro años en un cuarto de centavo el impuesto a las ventas; y por siete años, el impuesto por ingresos a quienes ganan arriba de 250,000 dólares al año.

Si los electores aprueban la proposición 30, el estado obtendría 6,000 millones de dólares para financiar la educación del kinder al grado 12, colegios comunitarios y universidades. Si la medida es rechazada vendrían recortes en automático para la educación.

La proposición 38 busca aumentar por doce años, los impuestos prácticamente a todos, desde 0.4% para quienes menos ganan y hasta 2.2% para los que tienen un salario superior a los 2.5 millones de dólares. Los ingresos serán distribuidos entre las escuelas; el pago de la deuda estatal y en menos medida para los programa de educación temprana. Esta iniciativa no destina recursos a la educación superior.

Si las proposiciones 30 y 38 son aprobadas por los electores, la Secretaria de Estado establece que ganará aquella que tenga el mayor número de votos.

Si alguien ve muy clara la dificultad que representa para el votante promedio, entender las iniciativas electorales es Jaime Regalado, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles y ex director del Instituto de Asuntos Públicos Pat Brown.

“Son muy confusas y muy difíciles ya que son redactadas por abogados, y tienen un lenguaje técnico con títulos que con frecuencia tienen poco ver con lo que busca alcanzar la proposición”, explica.

Incluso Regalado considera que entre más dinero hay detrás de una iniciativa, son más difíciles de entender. “A veces las hacen confusas a propósito”, subraya.

Lo peligroso es que cuando una iniciativa no es entendida por el votante, éste tiende a votar no o dejarla en blanco.

“Curiosamente las más difíciles, las que tienen que ver con aumento de impuestos y cambios en el gobierno son las que más impactan la vida de quienes trabajan en las fábricas, niñeras, y la clase media en general”, indica.

En la boleta electoral de noviembre, hay otras medidas que también son complicadas de asimilar.

La proposición 39 obligaría a las corporaciones de fuera del estado a pagar sus impuestos en California con base en las ventas hechas aquí en el estado. El resultado es que pagarían más. La mitad de los ingresos obtenidos por esta medida en los primeros cinco años (550 millones por año) serían dedicados a proyectos para crear empleos no contaminantes, y lo que quede, se gastaría en escuelas públicas.

Otra iniciativa difícil para el ciudadano común es la proposición 31 que establecería un presupuesto estatal por dos años. En la actualidad, cada año se tiene que aprobar un presupuesto. Prohibiría además que los legisladores aprueben gastos por más de 25 millones de dólares a menos que sean identificados recortes en el gasto u otros ingresos que los sustenten. Permitiría asimismo al gobernador cortar unilateralmente el presupuesto durante una emergencia fiscal.

Otros aspectos de la medida son que obligaría a que los proyectos de ley sean publicados al menos tres días antes de ser llevados a votación. Y permitiría a los gobiernos locales desarrollar sus propios procedimientos para administrar los fondos estatales.

La proposición 32 prohíbe a los sindicatos usar los fondos deducidos de la nómina de sus representados para propósitos políticos. Y les impide no sólo a los sindicatos sino a las corporaciones contribuir directa o indirectamente a los comités controlados por los candidatos.

Michael Madrid, un consultor republicano dice que desafortunadamente no hay una solución fácil para guiar al votante latino que no sea parcial. “Es difícil, y le estamos dando mucha tarea al ponerlos a entender y votar por estas iniciativas. Lo que yo recomendaría a los votantes latinos es acudir a las organizaciones que abogan por sus intereses como la Fundación México Americana para la Defensa Legal y Educación (Maldef) y Southwest Voter Registration Education Project (Svrp.org) para que los guíen sobre quién deben votar”.

“Estas organizaciones tienen su agenda, pero al menos es a favor de los intereses de los latinos”, opina Michael Madrid.

Marcela Arias, una latina republicana que por primera vez votó y lo hizo por correo, señala que ella se dejó guiar a ojos cerrados por las recomendaciones hechas por el partido con el que simpatiza. “No hubiera sabido por quien votar sin esa guía. Y eso me la hizo más fácil a la hora de marcar mi voto, porque uno no tiene el tiempo para ponerse a analizar y leer toda la información que le mandan”, comenta.

La tarea de decidir el voto a favor o en contra de las 11 iniciativas que aparecerán en la boleta electoral se complica aún más para el votante regular sin mucha formación política, con los bombardeos constantes que reciben día a día a través de los medios de comunicación, el correo, y hasta por teléfono.

Organizaciones no partidistas e independientes como California Budget Project (http://cbp.org/) han hecho análisis de algunas propuestas como la 30, 31 y 38 con la intención de servir como traductores para el electorado en asuntos tan complejos como el aumento de impuestos.

“Hacemos esos análisis sobre todo para ayudar a la gente que está muy ocupada o no tiene el tiempo suficiente para dedicar horas al análisis de las propuestas”, señala Christopher Hoene, director de California Budget Project.

Esta historia fue posible gracias a una beca de la Fundación James Irvine y producida como parte del programa de becas de gobierno de New America Media.

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