‘Skyfall’ el mejor Bond de la historia (Fotos y video)
Crítica de cine: El nuevo Bond lleva a la saga a lugares nunca antes examinados.
Tras 50 años de películas, algunas excelentes, otras olvidables, la saga James Bond alcanza lo que podría definirse como el cénit de la franquicia con Skyfall.
No se trata de decir que esta sea mejor que Goldfinger (1964) y Casino Royale (2006) —que probablemente lo es—, pero lo que el director Sam Mendes (American Beauty), los productores (y hermanastros) Barbara Broccoli y Michael G. Wilson y los guionistas John Logan (Gladiator) y Neal Purvis y Robert Wade (estos dos autores de los libretos de The World Is Not Enough, Die Another Day, lamisma Casino Royale y Quantum of Solace) han conseguido es elevar una película del agente 007 a un nivel simplemente extraordinario, fuera de lo común y, por qué no decirlo, simplemente magistral.
Todos los elementos que crean un largometraje perfecto están expuestos en Skyfall: no hay ni una sola pieza que falle o que debilite la fuerza narrativa de su argumento y su fiereza visual.
Desde la fotografía de Roger Deakins (nominado a nueve Oscar, entre ellos por No Country for Old Men) hasta la música de Thomas Newman (colaborador habitual de Mendes en maravillas como Road to Perdition) pasando por la edición de Stuart Baird (Superman, Lethal Weapon) o el diseño de producción de Dennis Gassner (ganador del Oscar por Bugsy), cada aspecto que podría hacer de Skyfall no solo el mejor filme de la saga, sino también uno de los mejores del año, funciona con indiscutible precisión creativa, estética y artística.
Por supuesto, el reparto tiene mucho que ver en el éxito de la propuesta… aunque de él hablaré en unos párrafos.
Skyfall presenta a una M (Judi Dench), la jefa de Bond, en la encrucijada. Alguien parece determinado a boicotear su labor como líder de los servicios secretos ingleses. Y solo una persona será capaz de averiguar quién está detrás de ese plan.
007 (Daniel Craig) regresa a escena, tras un espectacular inicio en el que es dado por muerto (algo que ha sido desvelado una y otra vez en los anuncios de promoción), y el resultado de sus pesquisas lo llevan a conocer en Shanghai a la enigmática Sévérine (Bérénice Marlohe), quien lo conduce al no menos misterioso, y manipulador, Silva (Javier Bardem).
A partir de este momento, las cartas están encima de la mesa. Y las motivaciones de Silva van mucho más allá de lo que Bond y M habían pensado.
El guión de Skyfall lleva al agente con licencia para matar a escenarios personales nunca mostrados hasta la fecha: sí, Bond expresó una cierta debilidad emocional en On Her Majesty’s Secret Service (1969), donde su esposa era asesinada, y la sed de venganza que se apoderó de él en Casino Royale, tras la muerte de su estimada Vesper Lynd, derivó en un plan de caza y captura que fue desarrollado en la fallida Quantum of Solace (2008).
Pero las maquinaciones de Silva en este 23 largometraje de la saga llevan a 007 y a M a situaciones donde sus pasados resucitan mostrando así peculiaridades de sus personalidades que ayudan notablemente a definirlos como colaboradores y seres humanos mucho más allá de sus misiones.
Al fin y al cabo, Skyfall es una defensa de lo clásico y lo humano, de lo realista (dentro de lo que es Bond) y lo tradicional, más allá de artilugios (incorporados por un nuevo —y sensacional— Q, interpretado por Ben Whishaw, visto en Cloud Atlas) yescenas de acción (todas ellas exquisitas, desde el prólogo en Turquía hasta el, en cierta forma, intimista final, pasando por la visualmente soberbia pelea en un rascacielos de Shanghai).
Y qué decir del reparto: a la impagable labor de Craig y Dench, se unen Ralph Fiennes y Bardem, este en una actuación que ya es un referente a lo que debe ser dar vida a un villano de la serie.
Skyfall, que se estrenó la pasada medianoche y ha sido clasificada PG-13, abre las puertas a un Bond renovado, del que cabe esperar nuevas e inesperadas aventuras.
Solo hace falta desear que todas ellas sean la mitad de buenas que Skyfall. Con eso sería suficiente.