Ojo con los cambios de luz
Los cambios de cotidianos de la intensidad de la luz pueden provocar desde incomodidad momentánea hasta trastornos de la vista
Natalia VitelaAgencia Reforma
MÉXICO, D.F. La exposición a los cambios de luz cotidianos puede provocar desde incomodidad momentánea y deslumbramiento, hasta fatiga y otros trastornos de la vista, los cuales van generando deterioro de la capacidad visual, agudizan enfermedades oculares y distorsionan la realidad.
La luz es fundamental para ver la vida de manera óptima, sin embargo, para obtener la mejor calidad visual, es importante controlar la cantidad de luz que ingresa a nuestros ojos.
Entre los padecimientos de la retina que se desarrolla después de una exposición intensa y sin protección a luz solar por efecto de los rayos ultravioleta, por ejemplo, están la degeneración macular, enfermedad progresiva y degenerativa de la retina que afecta la visión central diurna; y la retinosis pigmentaria, donde el revestimiento de la parte posterior del ojo se daña ocasionando mala visión nocturna y pérdida progresiva de la visión periférica.
Una baja luminosidad suele ocasionar fatiga ocular, producida por el sobreesfuerzo de los músculos encargados de enfocar los objetos, ocasionando irritación, sequedad ocular, cansancio visual, visión borrosa y dolor de cabeza.
En tanto, la exposición al exceso de luz trae como consecuencia desde incomodidad y distracción visual, hasta incapacidad y ceguera momentánea, abunda.
Los cambios de un ambiente de iluminación interior a uno exterior con luz solar produce en algunas personas molestia ocular, dificultad para discriminar objetos del fondo y una lenta adaptación a la oscuridad.
Para obtener una adecuada calidad visual, es importante regular la luz que ingresa al ojo, mediante el uso de lentes fotosensibles, los cuales tienen la capacidad de adaptarse a las diferentes condiciones de iluminación, reduciendo los efectos adversos a la luz y mejorando la percepción de los colores al aumentar el contraste.