Dos lados de la moneda
Burbujas
El cambio de poderes en México fue un ejemplo de civilidad democrática muy poco común en Latinoamerica.
El traspaso fue exactamente durante el primer minuto del primero de diciembre en que el presidente electo Peña Nieto empezó su mandato y Calderón terminó el suyo.
La acción tuvo lugar en el Palacio Nacional en la ciudad de México.
A esa hora un grupo de cadetes ,marcialmente marcharon al salón de la ceremonia llevando la bandera nacional.
Esa guardia, con el respeto y los honores del caso, le entrego la bandera al presidente Calderón.
Este, a su vez, la entregó a Peña Nieto, en ese momento el ya presidente de México la devolvió a los cadetes que la recibieron y en un alarde de coordinación y disciplina se marcharon con esa bandera ahora bajo la responsabilidad ya de un nuevo mandatario.
Sencilla, emotiva y simbólica trasmisión de poderes, simbolizado en la bandera; fue una muestra de madurez política.
Horas más tarde el ya presidente Peña Nieto se presentó en la Cámara de Diputados, acompañado de miembros de su gabinete, a rendir la protesta de ley y enviar un mensaje al pueblo de México anunciando su programa de trabajo que contiene metas ambiciosas; algunas difíciles de alcanzar y difíciles de costear, como la de otorgar una pensión vitalicia a todos los mayores de 75 años en el país. Pero su posición para mejorar la educación y hacerle frente a tantos privilegios y pocos resultados en ese campo, me pareció importante.
Si Peña Nieto realiza la mitad de lo ofrecido y si logra reducir la violencia, México tendrá posibilidad de colocarse a la vanguardia de los países en desarrollo.
Habrá que esperar unos meses a que todo ese cúmulo de planes de trabajo se concreten, a que su gobierno muestre el que, el cuándo, el cómo y con qué, antes de criticar lo que apenas son solo promesas.
Hasta aquí todo lo sucedido en el campo oficial fue civilizado.
El otro lado de la medalla estuvo en las calles de la capital, donde abundaron manifestaciones en contra del PRI y de Peña Nieto al parecer impulsadas por Lopez Obrador ex candidato del PRD que sigue llamando al nuevo gobierno espurio.
Esas manifestaciones terminaron en vandalismos y destrucción de negocios en el centro de la capital. Fueron violencias inútiles, fuera de lugar y contraproducentes y no eran solo causados por seguidores de Lopez Obrador, también por estudiantes, algunos de la Universidad Iberoamericana, que le han declarado la guerra el PRI; guerra que debió haber terminado con las elecciones.
La policía capitalina (ciudad gobernada por el PRD) tuvo que intervenir usando cañones de agua para disolver las manifestaciones y parar la destrucción.
Por lo visto la democracia mexicana tiene una cara brillante y otra obscura.
Hay quienes han aprendido a ganar, pero pocos saben o aceptan perder.
Cuando todo el país clama por tranquilidad y paz López Obrador llama a la “desobediencia civil” que, aunque no se pretenda, conducirá a la violencia de la que México ha tenido más de la cuenta en los últimos años.
Se corre el riesgo de echar por tierra las grandes posibilidades que en el futuro próximo pudieran existir para el país.
Así que en México hay que esperar para ver como actúan esos gobernantes jóvenes ante los tremendos retos a los que van a tener que enfrentarse y como podrán lograr sus objetivos con un congreso con tres partidos, ninguno de los cuales tiene mayoría; el PRI es solo el mayoritario.
Pero México es un país mágico, lo único que necesita es paz
Ahora crucemos la frontera y volvamos a los Estados Unidos.
Cuando en México la situación tiene luz y sombra aquí la carreta política está atascada en el lodo de la politiquería y ni para adelante ni para atrás.
El presidente Obama va a iniciar su segundo período en enero próximo y aunque ganó las elecciones, aquí, como en México, los perdedores, los republicanos, tienen su propia agenda y todo parece indicar que en el llamado “abismo fiscal” no habrá acuerdo alguno.
Me temo que ninguna de las dos partes tenga la razón y dos sinrazones nunca han producido algo positivo.
El pasado día 5 oí en el radio una declaración del presidente de la Cámara de Diputados. No la repito textual porque no la escribí, pero dijo: “Obama ganó la elección, pero se le olvida que nosotros (los republicanos) controlamos la cámara.”
Así que podemos esperar que no vayamos a ningún lado.
El problema mayor nació hace 10 años, era de Bush “W” en que se rebajaron los impuestos para los de muy altos ingresos. De haber ganado Romney simplemente hubiera extendido ese privilegio, pero Obama no tiene que hacer nada, solo dejar que expiren.
Solo que de expirar aumentarían también los impuestos para los de ingresos menores y los republicanos no aceptan una reducción para los de ingresos bajos, si no se concede la reducción a los ricos.
De no llegarse a un acuerdo volverán los antiguos impuestos en forma automática, prácticamente para todos.
La verdad es que el país no puede endeudarse más y necesita más ingresos fiscales y ahorrar en algunos campos . Pero como estamos en un alarde de fuerza política solo Dios sabe cómo podemos salir del impasse y de la amenaza del aumento de impuestos de enero.