Abuelitas enojadas por el precipicio fiscal

Las Raging Grannies y otras organizaciones de San Francisco piden a los legisladores que aumenten impuestos a los pudientes. Son las "abuelitas enojadas" por el 'precipicio fiscal' en el que Estados Unidos caería de no darse un acuerdo político al borde del término de este 2012.

Gloria Maldonado toma la palabra en una manifestación contra el precipicio fiscal en Palo Alto.

Gloria Maldonado toma la palabra en una manifestación contra el precipicio fiscal en Palo Alto. Crédito: Raúl Ayrala / El Mensajero

PALO ALTO.- A algunos de quienes pasaban por la esquina de la avenida University y la calle Emerson, pleno centro de esta ciudad de la Península, evidentemente no les importaba mucho lo que hacían seis “abuelitas” en el lugar, la plaza Lytton: las señoras pertenecen al movimiento “Raging Grannies” (Abuelas enojadas, o indignadas) y cantaban —a la una y media de la tarde del viernes 28 de diciembre— villancicos con letras modificadas, mientras aquellos paseantes caminaban rápido sin mirarlas, o cuanto mucho las observaban con indiferencia.

Las Raging Grannies y los movimiento MoveOn y The Action protestaban contra la inacción del Congreso Federal ante el llamado, en inglés, fiscal cliff (algo así como precipicio fiscal). Si antes de finalizar 2012 los congresistas nacionales no se ponen de acuerdo, entrarán en vigencia el 1 de enero ciertos recortes al presupuesto y aumentos en los impuestos que afectarían el bolsillo de la clase media, fundamentalmente.

“Estoy esperando que (el presidente de la Cámara de Representantes John) Boehner me atienda” decía a El Mensajero Gloria Maldonado, con su teléfono en mano. Gloria, que se excusaba de unirse al coro de las Raging Grannies porque “soy una mexicana que no puede cantar muy bien“, milita en MoveOn y en Occupy Redwood City. El republicano Boehner “tiene la música [de su espera telefónica] más patriótica, y es el más antipatriótico”.

Antes de finalizar la manifestación, a eso de las tres de la tarde del Pacífico, el presidente Obama decía al país que durante el día “había presionado a los legisladores para que llegaran a un acuerdo en el fin de semana”. Obama confirmó que se había reunido con los líderes del Senado, y que éstos no lograron llegar a un entendimiento. El mandatario “urgió” al líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, a que la Cámara Alta presente de una vez un proyecto destinado a incrementar los impuestos sólo a los hogares en los que se gane más de 250 mil dólares, a extender los beneficios de desempleo y a evitar los recortes presupuestarios automáticos, por ejemplo en programas de ayuda social. El problema es que los republicanos (encabezados por Boehner) no aceptan ningún tipo de aumento impositivo, ni siquiera a aquéllos que ganan más dinero.

Mientras las Abuelitas cantaban, muy afinadas y coquetas, le preguntamos a la señora Maldonado qué cosas le preocupaban más del temido precipicio fiscal. “Hay mucha gente que no tiene empleo, y para ellos se va a terminar

toda la ayuda que recibe del gobierno, el [seguro de] desempleo. Los ricos, los negociantes dicen que no hay trabajo. Pero hay compañías —dijo— que no entrevistan a personas que están desempleadas, solamente a personas con

trabajo. Eso quiere decir que no están de acuerdo con las ideas de este país, que se fundó para la mayoría, no para la minoría”.

Entre los creativos y prolijos carteles que exhibía la manifestación, había uno que rezaba “La austeridad de los pobres es la prosperidad de los ricos”, otro “Recorten las armas, no los beneficios” y otro más “Obama, no te olvides del 99%”.

Aunque ella no vestía los clásicos sombreros multicolores de las Abuelitas Enojadas, Gloria Maldonado tomó el micrófono en un momento y se dirigió a la escasa audiencia (se puede decir que había más periodistas que asistentes): “Me hice ciudadana a los 21 años. Y yo creo todavía —dijo la “abuelita honoraria”— en lo que me enseñó uno de mis mejores maestros: que tenemos el derecho de cambiar este país para hacerlo un país ideal. Por eso, y a pesar de que aquí hay pocos, yo vengo, y vengo, y vengo [a las manifestaciones]. Así, me puedo morir sabiendo que hice todo para que mi

país fuera el mejor del mundo”, dijo Maldonado.

Las Raging Grannies afirmaron además que mantener las exenciones fiscales para los ricos significa “menos becas y ayuda para estudiantes, menos apoyo para los chiquitos que comienzan la escuela y sus familias, y más niños amontonados en aulas abarrotadas”.

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