Francia ataca a los extremistas en Mali
Caravana militar lleva alimentos y combustible al empobrecido país
Un niño maliense carga caña cortada y la deposita en un camión, en una plantación a las afueras de Niono. Crédito: EFE
GOSSI, Malí. Horas después de la visita del presidente de Francia a Malí, la aviación del país galo atacó posiciones de extremistas islámicos en las afueras de Kidal y Tessalit en el norte de Malí, dijeron ayer domingo autoridades de Defensa, en tanto que una primera caravana militar transportaba alimentos, combustible y refacciones al este del país.
Las aeronaves francesas bombardearon, del sábado en la noche al domingo en la mañana, campos de entrenamiento así como depósitos de armas y combustible de los rebeldes, dijo el coronel del Ejército francés, Thierry Burkhard.
“Fue una operación aérea importante al norte de la ciudad de Kidal y en la región de Tessalit, donde atacamos depósitos logísticos y campos de entrenamiento de los islamistas… unos 20 lugares”, indicó Burkhard. Dijo que unos 30 aviones participaron en la operación, incluidos jets Mirage y Rafale.
La intervención francesa en Malí comenzó el 11 de enero para contener el avance de combatientes vinculados a Al Qaeda.
Aunque las fuerzas francesas expulsaron a los rebeldes de las tres principales ciudades que ocupaban en el norte “incluida la mítica Timbuctú”, la operación aérea del domingo pone de relieve que París considera todavía una amenaza a los extremistas en esa región fronteriza con Argelia.
“Aquí, hay todavía varios grupos islamistas como el MUJAO y Ansar Dine”, afirmó Burkhard. El grupo extremista islámico Movimiento para la Unidad y Unidad de la Yihad es conocido como MUJAO.
Mientras bombardeaban el norte, los franceses avanzaban hacia la ciudad oriental de Gao con su caravana de suministros desde el inicio del conflicto.
“¡Viva Francia!”, gritaban las personas que se aglomeraban ayer domingo en los caminos que conducen al noreste, desde Sevare hasta Gao. Ancianos vestidos con ropones y en bicicletas saludaban con una mano a los soldados que pasaban por el lugar.
Algunos camellos que comían hojas de acacia se detuvieron un momento ante el paso de la caravana de 62 vehículos que se extendía cinco kilómetros (tres millas). Otras personas avanzaban con sus carretas y a veces más rápido que los franceses.
