Restaurante Limón, aprobado por el ‘Panda’ Sandoval
El restaurante latino Limón, ubicado en la Misión, en San Francisco, le robó el corazón al jugador más valioso de la pasada Serie Mundial de béisbol: Pablo Sandoval
SAN FRANCISCO.— En el distrito de la Misión de San Francisco un restaurante latino le robó el corazón al jugador más valioso de la pasada Serie Mundial de beisbol: Pablo Sandoval. El venezolano, tercera base de los Gigantes de San Francisco, frecuenta constantemente el restaurante peruano Limón y ha llegado a convertirlo en una especie de cábala de buena suerte.
“Nos alegra mucho tener clientes tan especiales como Pablo”, afirma Martín Castillo, chef de Limón y uno de los propietarios junto a sus hermanos Antonio y Eduardo. “A Pablo le encantan los chicharrones de pollo, el pollo rostizado, los macarrones con queso y las empanadas de queso”, revela Martín.
Además de buen cliente, el ‘Panda’, como cariñosamente le dicen a Sandoval, es un excelente embajador del restaurante pues en muchas ocasiones ha invitado a varios de los peloteros de los Gigantes para que descubran el sazón de la comida peruana. Y también gracias a un antojo de Sandoval, las empanadas de queso hoy hacen parte del menú decorado con la figura de un panda.
“Cuando los Gigantes estaban atrás en la temporada pasada, Sandoval vino a almorzar y ese día tuvo un excelente papel y el equipo ganó. Desde ahí cada día que jugaron en la ciudad pasaba antes o después del partido a comer. Es más, el día que hizo historia anotando tres jonrones llamaron para que tuviéramos el restaurante abierto y aquí llegaron a celebrar”, comenta con orgullo Martín, el mayor de los hermanos Castillo. Hasta la revista Sports Illustrated publicó un artículo haciendo mención de esta cábala.
Pero, ¿cuál es la receta secreta de Limón o qué tiene de especial? Diez años atrás cuando abrieron sus puertas en la calle 17 cerca a la Misión, los hermanos Castillo nunca imaginaron que tendrían tres sucursales y que estarían en la lista de los 100 mejores restaurantes de San Francisco. Pero el trabajo duro, la pasión y el constante compromiso con sus sueños fueron la llave maestra.
Llegaron como muchos inmigrantes a Estados Unidos: sin inglés, sin familia, sin dinero. Sólo los acompañaba el anhelo de convertirse en jugadores de futbol, pues en Perú su país natal, ya lo practicaban de manera profesional. Sin embargo, los Castillo no brillarían en una cancha de futbol, lo harían y de manera sensacional en una cocina.
“Tuve que empezar de cero. Llegué en 1988 un viernes y el lunes ya estaba trabajando en un restaurante recogiendo y lavando platos”, recuerda con humildad Martín. Para Antonio, quien llegó dos años más tarde con tan sólo 18 años también a trabajar en restaurantes, “todo el sacrificio valió la pena. Ha sido un proceso de aprendizaje con golpes, pero lo bueno es que uno se mantiene firme, no olvidamos de donde vinimos y esto nos motiva a seguir adelante”.
Ya no profesionalmente, pero como diversión, el futbol seguiría en la vida de los hermanos Castillo y la cambiaría para siempre. Ahí empieza Limón, gracias a que después de los partidos de futbol se reunían en casa para preparar algo de comer. Al principio sólo los del equipo, más adelante los rivales y hasta amigos de amigos llegarían a la casa Castillo a celebrar no tanto la derrota o el triunfo, sino la sazón de la familia.
Todos coincidían en que los Castillo deberían tener su propio restaurante y en 2002 Antonio, Eduardo y Martín, contando sólo con la experiencia que tenían de sus trabajos se lanzaron a la aventura de abrir su restaurante. “Con tarjetas de crédito, usando nuestros ahorros y haciendo todo nosotros, hasta pintar y decorar, le dimos vida a Limón. Hoy esperamos poder abrir nuestro cuarto restaurante y hacer de Limón una marca”, afirma esperanzado Antonio.
Y aunque es un negocio sacrificado de más de 12 horas diarias, los hermanos Castillo no se cansan y quieren seguir aprendiendo, innovando, llevando a los paladares de los estadounidenses el sazón peruano y latino. Trasmitiendo en un plato de comida la pasión y orgullo que representa ser latinos y la belleza de una cultura que sigue creciendo y enamorando a todos por el paladar.
Limón cuenta con tres locales en San Francisco y sus dueños comentan que ya están pensando en el cuarto.
Por ahora si quiere probar la comida que tanto le gusta al ‘Panda’ Sandoval, estas son las direcciones: 524 Valencia Street; 1001 South Van Ness Avenue y 5800 Third Street.