Vive últimos días como papa

Da audiencia al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina

El papa Benedicto XVI muestra un libro al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, ayer.

El papa Benedicto XVI muestra un libro al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, ayer. Crédito: EFE

CIUDAD DEL VATICANO, Vaticano.— Benedicto XVI vive estos últimos días de su pontificado de manera relajada y tranquila, como ayer se mostró durante la audiencia al presidente de Guatemala, en la que se le vio con mucho ánimo, alegre, interesado en todo y mostrando un buen estado de salud.

La audiencia fue la última a un Jefe de Estado no italiano ante de que deje de ser papa el 28 de febrero y la misma fue cubierta por dos periodistas de medios internacionales, entre ellos el corresponsal de la Agencia EFE en el Vaticano, que pudieron constatar que tiene la mente clara, en plenas facultades, y que está mucho más relajado que en meses anteriores.

El obispo de Roma, de casi 86 años de edad, recibió al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina con un claro “bienvenido señor presidente”, en español, que se entendió perfectamente, a la vez que sonreía, rompiendo el “hielo” que normalmente se crean en situaciones similares.

Después, sentados frente a frente, analizaron durante 25 minutos la situación en Guatemala “y lo hizo con profundidad y mostrando que conoce bien la realidad de nuestro país”, según señaló después Pérez Molina.

Cuando tras el coloquio entró la familia del presidente a saludarle, se vio al Papa feliz hablando con los cuatro nietos de Pérez Molina, de entre 15 y 9 años, presentes.

No dudó en prestar toda la atención a los regalos que le hizo el Presidente —una imagen en plata de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, un rosario de jade hecho por artesanos mayas y un libro sobre la Semana Santa— y seguir atentamente sus informaciones, mostrando en todo momento admiración y sonriendo y siempre dando las gracias.

Después saludó a los periodistas que estábamos presentes con una amplia sonrisa y un cálido apretón de manos y escuchando con atención nuestros agradecimientos, impresiones sobre sus casi ocho años de pontificado y su magisterio petrino y nuestros mejores deseos.

Varias veces nos dio las gracias, sonriendo y relajado y nos recordó las veces que nos ha saludado durante los viajes pastorales que hemos realizado con él por el mundo.

A su secretario personal y prefecto de la Casa Ponticia, Georg Ganswein, quien estaba a su lado, se le vio algo emocionado.

Ganswein habló después con el portavoz vaticano, Federico Lombardi, presente también en la audiencia, y le expresó la gratitud del Papa hacia la prensa por el trabajo que realizamos, especialmente durante esos días, con su renuncia al Trono de Pedro y próximo cónclave para elegir su sucesor.

Tras el Presidente, el Papa recibió a un grupo de obispos italianos, que al igual que el mandatario guatemalteco y los periodistas presentes, se mostraron muy emocionados al ser conscientes de que era la última vez del pontificado que los recibía y que era un momento histórico.

El único que en todo momento estuvo sereno fue el Papa, convencido de que lo que ha hecho es lo mejor para la Iglesia, aunque la decisión haya sido “muy difícil”, como confesó al presidente guatemalteco.

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