Si el gran dinero lo permite
Los donantes son importantes en los cambios del Partido Republicano
Burbujas
Los traspatios de los partidos políticos, tanto los de México como los de los Estados Unidos se han vuelto enclaves de una élite del poder o del dinero (que acaba por ser lo mismo) donde se dan las instrucciones que otros siguen.
En el caso de México, se dice que Carlos Salinas y otros jerarcas millonarios del grupo Atlacomulco, están atrás del presidente Peña Nieto, (que por cierto está trabajando intensamente) y del renovado (?) PRI que aun tiene muchos dinosaurios no renovables. Poderosos industriales están tras la triste directiva del PAN y, aunque suene increíble, algunos de los súper ricos están, o estuvieron, con López Obrador.
Y es fácil que, al margen de partidos e ideologías, los magnates que están tras las bambalinas se entiendan entre si . De esta manera veamos interesantes combinaciones financieras, concesiones y grandes contratos, que poco tienen que ver con la intención de los votantes, votos que sirvieron solo para darle a todo eso un tinte de legalidad.
Aquí, en los Estados Unidos, pasa algo parecido: El gran elector es el dinero y, desde que la Suprema Corte decidió (¿error o intención?) que las corporaciones son “personas”, estas adquirieron el derecho a participar activamente en política y aportar dinero para promover a sus candidatos, asegurándose así participación en el poder.
Súmele a eso los aportes de multimillonarios que, aunque se diga lo contrario, están comprando influencias.
La cruda verdad es que en la mayor democracia del mundo las elecciones se ganan con dinero y publicidad, en la que se magnifican virtudes o defectos de los candidatos.
En este país, amo de la mercadotecnia, habiendo dinero se puede lograr que la gente compre todo, incluido un candidato.
Eso, en momentos en que las redes sociales, con verdades o mentiras, desvisten a los políticos y dificultan sus reelecciones, es preocupante para los que viven muy bien, de la política.
Todo esto me parece inmoral…
Los millonarios, pasadas las elecciones en que aseguraron su influencia, la aprovechan en beneficio de sus intereses.
Quien crea que no, está mal.
Para que esta situación pueda cambiar, los partidos tienen que volver a ser solo representantes de sus miembros e ideologías y no del gran dinero.
Con eso en mente, comenté recientemente que el Partido Republicano necesitaba reorientarse porque todo ese manejo económico es un lastre moral, pesado en momentos en que la modernidad lo está rebasando.
Decir eso me valió una carretada de denuestos de personas radicales… que agradezco.
Aclaro: Nunca insinué que renunciara a sus principios, solo que se modernice, se incorpore al siglo 21 y deje al margen al gran dinero.
Se que es difícil porque aquí el dinero es el dios cuya bendición Republicanos y Demócratas necesitan para llegar o conservar el poder, aunque ello empañe la limpieza del proceso democrático.
Dentro de ese sistema, en alguna forma hay que llamarle, el voto latino se ha vuelto importante, y de seguro el gran dinero inversionista del poder vendrá pronto para aprovecharlo.
He venido observado el cambio que se ha efectuado en algunos Republicanos tras los resultados en la ultima elección y la publicación de datos estimados sobre el alarmante voto latino, entre ellos:
* Que el 65% de los ciudadanos latinos registrados votaron en la elección presidencial; porcentaje muy superior a su participación en ocasiones anteriores;
* Que el 70% de esos votos fue para Obama;
* Que para la próxima elección presidencial habrá 3.5 millones de votantes latinos más, que son los jóvenes ciudadanos latinos actualmente de 15, 16 y 17 años de edad; incluye hijos de indocumentados nacidos aquí.
Estos datos son un foco rojo para el Partido Republicano, que actualmente tiene posiciones un tanto indefinidas en problemas de la comunidad latina. Eso es peligroso en estados en los que el voto latino es, o va ser muy pronto, determinante.
Debe entenderse que los “ciudadanos latinos” no tienen problema migratorio, pero si el de la discriminación por identidad, como en Arizona.
Más importante para los latinos es la educación de sus hijos cuyo futuro depende de ella. De no mejorar estaremos condenados a ser pobres en país de ricos.
El mayor problema de la comunidad latina actual para encontrar empleo es su falta de escolaridad, que se agrava con la demanda de muchas empresas de contratar personal cada vez más preparado.
Y mucho nace de la deserción escolar. De cada 100 niños que entraron a la primaria en las últimas dos décadas, solo un estimado promedio de 10 lograron un título universitario; ello nos condena a porcentajes altos de desempleo.
Ojalá que la educación fuera vista por los estudiantes actuales como una inversión para su seguridad económica y obligada participación política futura.
Y si, excepto en Arizona, hay cambios visibles en las posiciones Republicanas.
El ejemplo más claro de ello es el de Eric Cantor, representante Republicano por el estado de Virginia, segundo en el “ranking” Republicano en la Cámara Baja, que en el 2010 se opuso a la aprobación del DREAM Act hasta lograr abortarlo.
Cantor declaró recientemente en NBC: “El Congreso puede hacer un rápido progreso en migración si los representantes se ponen de acuerdo en dar la ciudadanía a los jóvenes indocumentados que fueron traídos, por sus padres al país; yo apoyaría esa iniciativa.”
Bravo: ¡Cantor apoya hasta la ciudadanía!
Solo falta que lo apruebe el gran dinero…