No convenció en EEUU
Chávez ofreció ayuda tras el huracán Katrina pero fue rechazada
NUEVA ORLEANS. Después del huracán Katrina, Hugo Chávez ofreció enviar miles de soldados, bomberos y voluntarios para ayudar con la limpieza. También ofreció un millón de dólares en asistencia y combustible para reconstruir las ciudades devastadas por el temporal, como Nueva Orleáns.
Los ofrecimientos, todos rechazados, fueron parte de una iniciativa más amplia: los reiterados esfuerzos del mandatario venezolano por aportar ayuda humanitaria a familias estadounidenses de bajos recursos. A pesar de esos esfuerzos, nunca logró ser visto como un paladín de los pobres de Estados Unidos, como en Venezuela. De hecho, se lo acusaba con frecuencia de lanzar iniciativas con fines políticos que, en la práctica, hubieran ayudado a pocos estadounidenses.
“Mucha gente cuestionó sus intenciones”, expresó Eric Farnsworth, vicepresidente de la organización de investigaciones Consejo de las Américas/Sociedad de las América. “¿Eran verdaderamente gestos humanitarios o una oportunidad de irritar a Estados Unidos? Sospecho que en Estados Unidos mucha gente opta por lo segundo”.
Si bien buena parte de la visión socialista de Chávez, fallecido el martes a causa de un cáncer, coincide con los ideales de muchos liberales estadounidenses, el líder venezolano nunca fue muy admirado en Estados Unidos.
El actor Sean Penn y el cineasta Oliver Stone lo elogiaron, pero fueron la excepción. Mucha más gente se abstuvo de apoyar a un líder de origen militar que cerró medios de prensa y abolió los límites a las reelecciones.
Chávez, por otro lado, tenía una relación combativa con los líderes de Estados Unidos que rebasaba el ámbito de la política.
En el 2006 le dijo diablo al presidente George W. Bush hijo en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, acotando que el podio olía a azufre tras el paso de Bush. Allegados a Chávez, asimismo, han dicho que Estados Unidos estuvo detrás de un intento de golpe del 2002. No obstante, pese al antagonismo, Chávez nunca dejó de exportar petróleo a Estados Unidos.
En el 2005 Katrina azotó Luisiana, dejando a Nueva Orleáns bajo el agua y a decenas de miles de personas sin servicios públicos, con escasa comida y con un gobierno que tardaba en responder a la catástrofe.
Chávez intervino de inmediato y ofreció enviar un avión lleno de ayuda. Aprovechó además para tirarle un dardo a Bush, describiéndolo como “el rey de las vacaciones” porque estaba en su rancho de Texas cuando llegó la tormenta.
Ni el gobierno nacional ni el del estado de Luisiana aceptaron el ofrecimiento. Bob Mann, quien era director de comunicaciones de la gobernadora de ese estado Kathleen Blanco, dijo que apoyó la decisión porque pensó que la intención de Chávez no era realmente humanitaria sino que quería hacer quedar mal al presidente George Bush, a quien consideraba su enemigo político.