Nicolás Maduro, un chavista incondicional
El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, aspira a suceder a Hugo Chávez con las credenciales de haber sido uno de sus más incondicionales colaboradores en las buenas y en las malas durante los últimos 20 años, y la fama de ser un negociador con capacidad para escuchar a los demás.
Algunos lo tildan de radical y todos coinciden en su indiscutible lealtad al proyecto de Chávez.
A él lo ungió Chávez como su sucesor político y a él le correspondió dar la noticia de la muerte del líder de la revolución bolivariana.
Ha encabezado una campaña completamente enfocada en su figura, repitiendo que es “hijo” del gobernante y prometiendo continuar su legado siguiendo punto por punto su programa político.
Antiguo líder sindical, de 50 años, antes de ser la cara de Venezuela en el exterior fue durante muchos años chófer de autobús, se ha codeado en la alta política internacional sin complejos y sin ocultar con naturalidad que no habla más que español.
Nacido en Caracas en 1962 y criado en la popular barriada de El Valle, Nicolás Maduro es un convencido izquierdista que se inició en grado medio como líder estudiantil.
Sin pasar por la universidad, trabajó como chófer de autobuses del Metro de Caracas llegando a ser un destacado líder sindical en los años 90.