OMD deleitó con su new wave a Los Ángeles (video)
La banda inglesa OMD inundó Hollywood de su inimitable 'new wave'
Cuando hace justo dos años, OMD, las iniciales de Orchestral Manoeuvres in the Dark, visitaron el Fonda Theatre tras casi dos décadas de ausencia de los escenarios locales, la recepción fue tal que el líder de la banda inglesa, Andy McCluskey, se quedó sorprendido, confirmando que no tardarían en regresar.
Efectivamente, el grupo que, al igual que Depeche Mode, New Order o Pet Shop Boys, definió la música de los años 80, volvió al mismo local el pasado lunes, tras visitar Coachella el domingo (al festival en Indio volverán este fin de semana), para presentar su más reciente álbum, English Electric.
Fue precisamente con un tema de este disco, el excelente Metroland, que dio inicio el concierto, que agotó prácticamente todas sus localidades, adquiridas por una notable variedad de espectadores, de todas las edades y demográficos.
La música de OMD mantiene el mismo estilo de pop sintético que la caracterizó en los años 80 (debutaron a finales de los 70 y detuvieron su andadura profesional en los 90, para regresar en el siglo XXI).
A diferencia de los antes citados Depeche Mode, que han evolucionado con apuestas creativas de distinto calibre (no siempre con resultados apetecibles, como en el caso de sus dos más recientes álbumes, Sounds of the Universe y Delta Machine), McCluskey y los suyos (especialmente su mano derecha, Paul Humphreys) nunca han huido de los sonidos que los lanzaron a la fama y, quizás por ello, su influencia sonora en el mercado ha decrecido con el tiempo.
Aunque a tenor de lo mostrado por ellos el lunes en el Fonda de Hollywood, eso les trae sin cuidado.
Por supuesto, los momentos álgidos llegaron cuando rememoraron algunos de sus clásicos —como el maravilloso If You Leave, el inolvidable Souvenir, los magistrales Joan of Arc y Enola Gay (éste amparado por un sonido mucho más intenso que la grabación original), el impecable Secret o el simplemente extraordinario Walking on the Milky Way—.
Pero no dejaron de lado el repasar algunas de sus canciones recientes —como la sensacional Sister Mary Says, de History of Modern, que lanzaron en 2010, 14 años después del previo, Universal—, o dar a conocer otras de nuevas —caso de Night Café, de English Electric—.
Al final, la sinceridad musical de OMD —un cuarteto en el escenario, un dúo en la composición—, se mantuvo a lo largo de la hora y media de su actuación, para deleite de sus entregados fans que, sin duda, añoran un género musical, el new wave, que hoy sigue marcando la pauta.
Como muestra de ello, el grupo telonero, Diamond Rings, que dio lo mejor de sí —una combinación de pop, electro, pseudo-rap y, por supuesto, pop sintético— que llamó la atención por su energía y efectividad acústica.
Ahora solo hace falta que su líder, John O’Regan, se olvide de influencias externas (como la de imitar en más de una posición y empleo de voz a Jake Shears, el cantante de Scissor Sisters) y adopte su propia personalidad.
La interpretación de Waiting On My Angel, un cover de Jamie Principle de los años 80, evidenció que el grupo tiene ocasión de ir mucho más allá de lo que hasta quizás sus integrantes piensan.