Inicia sesión del tema migratorio

El senador  Patrick Leahy (c) hablaba ayer con los senadores  Chuck Schumer (3ro. der.), Dianne Feinstein (2da. der.) y Dick Durbin.

El senador Patrick Leahy (c) hablaba ayer con los senadores Chuck Schumer (3ro. der.), Dianne Feinstein (2da. der.) y Dick Durbin. Crédito: EFE

WASHINGTON, D. C.— La tragedia ocurrida en Boston y el desempleo a nivel nacional se han asomado como los elementos potencialmente más dañinos para que se establezca una reforma migratoria.

Ayer, en la primera sesión legislativa sobre el proyecto de ley, los senadores dejaron ver sus principales objeciones en el debate.

El Comité Judicial del Senado de Estados Unidos inició el largo camino para discutir y editar el plan presentado esta semana por el “Grupo de los Ocho”. A pocos momentos de iniciarse la sesión, la sombra de la tragedia de Boston se mencionó como un factor que refuerza la necesidad de asegurar la frontera y regular a quienes ingresan al país.

El senador Chuck Grassley (R-IA) aseguró que los republicanos “aprecian la oportunidad de hablar de inmigración a la luz de lo que ocurrió en Boston”.

“Es una ventana para re enfocarnos en temas importantes y mantenernos vigilantes en asegurar la frontera”, dijo.

Por su parte el senador Charles Schumer (D-NY) insistió en que no deben apresurarse a sacar conclusiones de lo que ocurrió en Boston. “Estamos más seguros si sabemos quién está aquí”, resaltó.

La audiencia se centró en el impacto que tendría el proyecto de ley en los trabajos de los estadounidenses, sobre todo considerando que en marzo el desempleo a nivel nacional llegó a 7.6%.

Peter Kirsanow, integrante republicano de la Comisión Federal de Derechos Civiles, insistió en que la inmigración ilegal tiene un efecto significativo en los hombres afroamericanos, ya que ellos están representados desproporcionadamente en la fuerza de trabajo con mano de obra básica.

“No existen suficientes empleos para los afroamericanos y los inmigrantes ilegales […] Las estadísticas sugieren que hay un excedente de este tipo de trabajadores y que los afroamericanos son desfavorecidos por los empleadores”, insistió.

Kirsanow comentó que la inmigración ilegal reduce los sueldos en un rango de entre 99,000 y 118,000 millones de dólares al año.

Algunos senadores del “Grupo de los 8” como Lindsey Graham (R-SC) y Schumer señalaron que los estadounidenses se rehúsan a laborar en cierto tipo de empleos, como por ejemplo, cosechando en los campos. También resaltaron que el proyecto de ley protege a los empleados estadounidenses al asegurar que a ellos se les de prioridad y al establecer un sistema que prevenga el descenso de salarios.

El legislador Orrin Hatch (R-UT), posible originador de uno de los votos republicanos para el proyecto de ley, comentó que tiene la intención “de darle su apoyo a la legislación, si es posible” y criticó ciertos aspectos de la propuesta relacionados con mano de obra altamente calificada.

En el extremo más liberal el senador Patrick Leahy (D-VT) criticó la fuerte inversión en la frontera —cerca de 6,500 millones de dólares—, lo cual es parte de la propuesta. Además cuestionó el uso de condicionantes para dar paso a la legalización de indocumentados.

Uno de los presentes en la sesión, el economista Douglas Holtz-Eakin, aseguró que la reforma migratoria podría ayudar a reducir el déficit fiscal en 2.5 billones de dólares durante los próximos 10 años.

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