Jornaleros de LA satisfechos con reforma migratoria

Bajo la sombra de un árbol en la esquina de Wilshire y Union de Los Ángeles, cuatro jornaleros esperan el milagro de cada día: encontrar trabajo.

Marco Mejía, Wálter Castillo, Paulino Ramos y Mario Alonso saben que sin una reforma migratoria prevalecerá esa angustia que experimentan a diario por no tener empleo.

“Nosotros no somos carga para el gobierno. Seríamos de mucho más provecho con una reforma migratoria”, aseguran todos.

Ellos, que forman parte de ese rostro visible del indocumentado en las calles, temen que el plan que se discute en el Senado pudiera dejarlos fuera por el requisito de la declaración de impuestos.

“A nosotros nos pagan en cash, no hacemos taxes, creo que nos deberían de dar opciones, así como cuando compras una televisión en la Curacao”, comenta Mejía.

“No hacemos taxes, pero para lo que ganamos, no sería mucho, y a veces nos dan cheques sin fondos”, señala Castillo.

“Estamos más preocupados por comer y ayudar a nuestras familias”, agrega Ramos.

Mejía por su parte dice no tener confianza en que las autoridades se apuren en hacer un cambio a las leyes de inmigración.

“Ahora ya están sacando de pretexto lo del terrorismo por lo que pasó en Boston, los republicanos no están a favor de nosotros”, menciona.

No obstante, los cuatro dicen estar preparados para participar en la marcha por la reforma migratoria a realizarse el 1 de mayo a las 12:00 pm en el centro de Los Ángeles.

“Yo sí voy. Yo sí tengo fe. Lo veo más serio el asunto. Ya hemos gritado sí se puede, y lo seguiremos haciendo”, dicen uno por uno.

Jessica Karp, abogada de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), explicó que el proyecto de reforma migratoria lo que contempla es demostrar que nunca han sido requeridos por el Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS).

“No tienen que demostrar que han declarado impuestos año con año, sino que no le han debido al IRS, y los jornaleros nunca han tenido interacción con el IRS”, indicó.

Para Pablo Alvarado, coordinador de NDLON, el proyecto de ley como fue presentado representa una victoria grande para los jornaleros, ya que no serían excluídos de la legalización.

“El problema es que le van a querer hacer cambios, pero para eso vamos a pelear hasta el fin, y por eso es necesario que el 1 de mayo todos dejemos la esquina y salgamos a la calle”, recalcó.

En el condado de Los Ángeles se estima que cada día unas 35 mil personas se paran en las esquinas en busca de trabajo.

El plan de reforma migratoria establece otorgar un estatus provisional llamado RPI para que los indocumentados puedan trabajar legalmente y que deberá renovarse a los seis años.

Al cumplir 10 años con el RPI podrán tener entrada a la residencia permanente o “green card” y tres años después a la ciudadanía.