Ni hablar de la inmigración

Nunca un terrorista entró a Estados Unidos por la frontera con México

Autos esperan en sus carriles para ingresar a Estados Unidos, en la garita de San Ysidro, California.

Autos esperan en sus carriles para ingresar a Estados Unidos, en la garita de San Ysidro, California. Crédito: Notimex

Burbujas

Dzhokhar T’sarnaev de 19 años de edad detenido y su hermano Tamerlan T’sarnaev de 39, radical islamista muerto en el encuentro con la policía de Boston, son los terroristas que pusieron las bombas, cuyo objetivo aun no sabemos.

Quizás nos enteremos cuando el joven Dzhokar sea interrogado, aunque es de pensarse que es uno más de los actos terroristas que nos vienen del Medio Oriente. Pero, por esas bombas, tenemos que lamentar que ciertos republicanos empiecen nuevamente a objetar la reforma migratoria.

Es por eso que es el momento de dejar claras algunas realidades que esos políticos, en su ceguera, no quieren entender.

¡Ningún terrorista ha entrado a los Estados Unidos por la frontera con México!

Todo ese cuento es un mito. Entran drogas, otros contrabandos e inmigrantes indocumentados.

¡Esos indocumentados latinos no son terroristas! Su deseo es querer estar aquí y convivir en paz, trabajar y educar a sus hijos; no son radicales religiosos ni fanáticos extremistas políticos.

¡Ningún latinoamericano ha cometido un acto un acto terrorista en territorio de los Estados Unidos!

¡Ninguno!

Y si de vez en cuando están involucrados en algún hecho de sangre es por problemas personales, y eso es otra cosa.

Todos, incluidos los terrorista de 9/11 han sido “inmigrantes legales” de países en que hay conflictos religiosos, políticos o raciales. En otras palabras; hay países, como los latinoamericanos, que han tenido que sufrir el intervencionismo en ciertas épocas de su historia, pero no hay uno solo de ellos que mande a alguien a que venga y ponga bombas para matar a gente inocente.

¡Nunca!

¡Nuestros indocumentados, violan la ley de migración, pero no son terroristas!

Y menos aun somos tan cobardes como para colocar bombas para matar a personas pacíficas. ¡Los latinos no somos asesinos políticos ni cobardes que ponen bombas!

Las dos bombas de Boston que estallaron cerca de la meta de la maratón fueron un recordatorio de lo que se origina en el Medio Oriente, en África y Asia Central, donde muchos viven y reviven el fanatismo político, racial o religioso, en que la vida de quien piense o crea o deje de creer en cierto Dios, carece de valor.

¿Quienes son esos que piensan tener derecho a destruir la vida de otros? ¡No los latinos!

Esas bombas de Boston fueron puestas por fanáticos para herir y como medio para lograr publicidad.

Fueron detonadas por relojes que al llegar a cierta hora hicieron estallar los artefactos.

Creo que les faltó precisión para definir la hora de llegada de los corredores y las bombas estallaron minutos después.

Tan fueron para herir atletas que estaban colocadas en forma tal que los miles de clavos que salieron disparados al estallar las bombas hirieron principalmente en las piernas.

Pero, ¿cuál fue el mensaje y de quien?, ¿Qué buscaban y por instrucciones de quien?

Que fue un acto de terror, como acertadamente lo calificó el presidente Obama, de eso no tengo duda.

¿Pero como para qué?

Para lograr publicidad para su causa o venganza de algo o alguien.

Pero: ¿Cuál es?

Lograron una cosa importante: Hacernos ver que existen. Matar es un precio bajo para quienes una vida humana no tiene ningún valor. Buscan publicidad solo la pueden lograr con actos espectaculares y las bombas de Boston lo fueron.

Sacrifican a los que están ahí; desahogan en ellos su furia enfermiza. ¿O estamos viendo algo más en un acto que quizá solo sea el de un desequilibrado que aprovecha los pocos años de su hermano para cometer un crimen del que pensaba salir incólume?

La humanidad nada tiene de humana. Es casi una vergüenza pertenecer a esa especie.

Que pena y que vergüenza…

¡Y aquí, de desequilibrados locales tenemos bastantes!

Uno de ellos entró a una escuela y asesinó a 20 niños y 6 maestros y otro más entró a otra con la intención confesada de matar a cuchilladas.

¡Ningún latino lo haría!

Es cierto que hay violencia en Latinoamérica, pero es de otro tipo. La democracia solo funciona en países con sangre de atole. En los de sangre caliente no se sabe perder; principio básico de toda democracia.

Y eso produce violencia…

La violencia en México se debe al negocio de drogas que produce pingües utilidades que provienen de los consumidores en los Estados Unidos, en donde no se combate el uso de drogas en forma eficiente.

De todo esto deben quedar algunas cosas muy clara:

¡Nuestros indocumentados no son terroristas!

Las bombas de Boston y otros actos terroristas no pueden alterar la urgente necesidad de una reforma migratoria en beneficio de millones de inmigrantes indocumentados… no solo para que puedan vivir tranquilos, sino para saber quienes son.

¡Nada tienen que ver las bombas de Boston con este problema que urge resolver!

En esta nota

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