Leo Villareal, el de las luces en Bay Bridge
Desde el festival de Burning Man hasta la bahía de San Francisco, las obras de este descendiente mexicano tienen luz por sí mismas
SAN FRANCISCO.— Las 25 mil piezas de diodos emisores de luz —luces LED—, que adornan el tramo del Bay Bridge que cruza la bahía de San Francisco a Treasure Island son parte de una pieza de arte público creada por el artista Leo Villareal.
La escultura con base en luz y tecnología computarizada lleva por nombre, simplemente “Las Luces de la Bahía” o “The Bay Lights”, en inglés.
El proyecto, que tomo más de dos años en crearse —mismos que se mantendrá en exhibición—, además de festejar los 75 años del puente, pretende convertirlo en el destino turístico que nunca ha sido, y lucir tan elegante como su famoso compañero, el Golden Gate.
“Para mí es una oportunidad inmensa el poder crear algo en esta ciudad, donde se estima que 50 millones de personas verán la pieza en los próximos dos años. Es una audiencia enorme de gente, de San Francisco y de todas partes”, aseguró su creador, Villareal, en conversación telefónica.
The Bay Lights, la pieza de mayor escala en el portafolio de Villareal, está conformada por miles de luces ahorradoras de energía suspendidas en los 300 cables verticales del lado Norte, que enfrenta al Golden Gate y a nuestra ciudad.
Cada uno de los pequeños diodos emisores de luz está individualmente programado para crear algoritmos y dinámicas que una vez encendidos parecieran bailar en coreografía, cruzando el tramo de 1.8 millas del puente.
La obra fue inaugurada el pasado mes de marzo, y desde entonces todas las noches es activada al caer la tarde, iluminada hasta las dos de la mañana. “Lo más importante para mí es la cualidad universal de la pieza, cualquiera puede venir a verla y recibir un tipo de respuesta, ya sea sobre arte o sobre tecnología. Es una pieza disponible, es arte público, no tienes que comprar un boleto, es gratis verla. Para mí es importante darle arte al mundo”, consideró el realizador.
Se estima que la atracción en luz sea un estímulo para la economía de la ciudad, atrayendo cerca de 100 millones de dólares en actividades turísticas durante los próximos dos años.
The Bay Lights puede admirarse desde diferentes puntos clave en la ciudad, a diferentes horas de la noche y bajo diferentes estados del tiempo. Aunque para Villareal, Embarcadero, Pier 14 y la Coit Tower son puntos irremplazables para disfrutar el espectáculo de luces sobre el lienzo, que es el puente. “Son varios los lugares para verlo, pienso en múltiples vistas y acumulación de experiencias”, describió.
Durante esta última semana hubo pequeñas interrupciones, pues algunos de los diodos no emitieron la luz que deberían, para lo cual el equipo de The Bay Lights se mantiene ocupado en resolver.
De padre mexicano, Leo Villareal nació en Nuevo México y creció entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua. “Sí, viví allá cuando era niño, así que le tengo mucho amor [a Ciudad Juárez] es algo muy importante para mí”.
Leo es considerado pionero en el uso de diodos emisores de luz codificados y programación de imágenes por computadora, asimismo su prestigiada carrera lo incluye en las colecciones permanentes del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York y en la Galería Nacional de Washington, D.C.
Mas el descubrimiento de su medio no sucedio de un día para otro. Leo estudió escultura y telecomunicación interactiva en las universidades de Harvard y de Nueva York, de donde se graduó a principios de los años noventa. Después de varios años de asistir al festival anual Burning Man, en el desierto de Nevada, se dio cuenta de que el software y la iluminación le apasionan, y en 1997 realiza su primera escultura con luz. “Usando simples luces estroboscópicas, un micrófono y un controlador, me di cuenta que podía crear arte importante con muy poca información. Esos fueron momentos increíbles de descubrimiento, fue fascinante. Hasta hoy, es la luz de lo que habla todo mi trabajo”, enfatizó.
Desde entonces, Leo Villareal no ha dejado de asistir al festival desértico del cual hoy forma parte de la mesa directiva, al lado de sus fundadores. “No es sólo una semana al año en el desierto, es algo en lo que trabajamos todo un año. Es una búsqueda en adaptación, se trata de dar y ser generoso, de participar en una serie de reglas maravillosas que juegan un papel en el mundo”, describió.
Para el extravagante festival que se realiza en septiembre, Leo participa en el campamento Los Victorianos o The Victorians. “No se trata de mi obra, se trata de trabajar en colaboración con un grupo de gente; ese es mi enfoque”.
Para finalizar, el artista invitó a que la gente se acerque y pase tiempo ante su más reciente y monumental escultura. “Las fotos y el video no capturan lo que uno percibe al estar ahí”.
Conoce más de este concepto artístico lumínico en Thebaylights.org.