A la sombra de los escándalos
Esos 'tropiezos', afirman expertos, le restaron puntos en su desempeño como alcalde y limitaron sus aspiraciones políticas
Durante su mandato como alcalde de los Ángeles, los escándalos por amoríos, su divorcio, sus viajes y los regalos que recibió persiguieron a Antonio Villaraigosa, aunque de casi todos salió airoso. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Archivo< / person>
Desde el affaire que condujo a su divorcio, pasando por los múltiples conciertos a los que asistió con boleto regalado, pero sin reportar y la supuesta noche de fiesta con el actor Charlie Sheen en México, hasta su criticado evento de despedida del viernes pasado, el gobierno de Antonio Villaraigosa ha sido marcado por los escándalos.
Todos estos tropiezos, coinciden expertos, no sólo le restaron puntos a su desempeño como alcalde de Los Ángeles de 2005 al 30 de junio de este año, sino que han limitado sus aspiraciones políticas.
“[Los angelinos] lo recordarán como alguien que se castigó a sí mismo con escándalos públicos”, dice Jaime Regalado, analista político. “Aparentó estar más enamorado de las cámaras que de la política; se expuso como un alcalde celebridad, pero no le gustó cuando la prensa lo llamó así”, agrega.
La disolución de un matrimonio de dos décadas con Corina Villaraigosa en 2007, a raíz de su amorío con la reportera Mirthala Salina, se considera uno de los factores que truncaron su camino a la gubernatura.
“Una infidelidad que conduce a un divorcio obviamente es extremadamente dañina”, resalta Raphe Sonenshein, del Instituto Edmund “Pat” Brown. “Sus escépticos se volvieron más escépticos”.
Dos años después de ese incidente, el alcalde inició un noviazgo con otra reportera (y exmiss Estados Unidos), Lu Parker. Para 2010, Villaraigosa sepultaba su intensión de suceder a Arnold Schwarzenegger citando otro motivo: su intensión por resolver la crisis fiscal que aquejaba al municipio.
El concejal Ed Reyes critica el hecho de que algunos lo recuerden más por sus controversias que por sus logros. “Nunca hay historias cuando un avión aterriza, sino cuando un avión choca [ ]. Él aterrizó muchos aviones y tuvo un par de choques, pero eso es lo que todos ven y es desafortunado”, dice.
Uno de esos accidentes le costó $42,000: una multa ética por no reportar como regalo las entradas para 81 conciertos, competencias deportivas y entregas de premios a los que asistió con Parker y otros. La prensa lo llamó el “ticketgate” y resaltó su presencia en las alfombras rojas al lado de celebridades.
Sus frecuentes viajes por el país y el extranjero también le valieron críticas. Sólo en el segundo semestre de 2012 él visitó 18 destinos nacionales (Charlotte, Houston, Nueva York, entre otros) y realizó una misión de diez días por Sudamérica. Hace unos meses fue a China para promover negocios.
La Opinión reveló este año que el alcalde ha pagado 1.4 millones de dólares en restaurantes, viajes, hoteles, consultoría y otros gastos relacionados a su trabajo en una década.
A principios de 2013, una foto que en Twitter publicó el actor Charlie Sheen afirmando que el alcalde “sabe cómo divertirse” lo puso en el ojo del huracán. Ambos coincidieron en la inauguración del hotel del actor en Cabo San Lucas, México. Pero más tarde Sheen pidió disculpas por su comentario.
Aparentemente, tampoco fue un buen vecino. Y es que en el barrio de Windsor Square, donde se encuentra la Casa Getty, la mansión que aún habita Villaraigosa, se quejan de sus ruidosas fiestas. “Espero que el siguiente alcalde sea más reservado”, dijo un habitante del lugar que pidió el anonimato.
Y el viernes, el funcionario parecía protagonizar el último sobresalto de su gobierno: una fiesta callejera en el parque Grand que costó 265 mil dólares y que más parecía su despedida de la alcaldía.
