Siria, tema de 2 presidentes
Obama y Putin coinciden en su interés por detener la violencia
ENNISKILLEN, Irlanda del Norte. El presidente ruso Vladimir Putin le expresó ayer lunes a su colega estadounidense Barack Obama que sus posiciones sobre Siria no coinciden, pero ambos líderes indicaron que tienen un interés común en detener la violencia que ha devastado ese país de Oriente Medio durante dos años de guerra civil.
Durante una reunión bilateral con Putin en Irlanda del Norte, donde ambos participan en la Cumbre del G-8, Obama reconoció que tienen “perspectivas diferentes” sobre Siria, pero que los dos desean buscar una solución para poner fin a la violencia y asegurar las armas químicas en el país.
Obama indicó que ambos presidentes trabajarían juntos para desarrollar un diálogo en Ginebra dirigido a poner fin a la sangrienta guerra civil en Siria.
“Tenemos perspectivas diferentes sobre el problema, pero compartimos un interés en reducir la violencia, asegurar las armas químicas y que no se usen ni sean objeto de proliferación”, dijo Obama. “Queremos tratar de solucionar el tema por medios políticos si es posible”.
Por su parte, Putin señaló: “Desde luego que nuestras opiniones no coinciden, pero todos tenemos la intención de detener la violencia en Siria y de detener el aumento en la cantidad de víctimas, así como solucionar la situación pacíficamente, incluido el llevar a las partes a la mesa de negociaciones en Ginebra. Acordamos presionar a las partes para que se sienten a negociar”.
Aunque Putin ha pedido negociaciones de paz, no ha exhortado al presidente sirio Bashar al Assad a abandonar el poder y se mantiene como uno de sus principales aliados políticos y militares.
La Casa Blanca no esperaba ningún avance significativo sobre Siria con Putin durante la cumbre del Grupo de los Ocho en un centro turístico de golf cerca de Enniskillen, y la reunión dejó entrever aún más las diferencias entre los dos países sobre cómo solucionar los problemas sirios.
Obama anunció el viernes que Estados Unidos comenzaría a enviar armas a los rebeldes sirios, mientras que Gran Bretaña y Francia permanecían preocupadas de que esas armas pudieran terminar ayudando a los extremistas antidemocráticos vinculados con Irán y la milicia libanesa Jezbolá. Putin ha defendido el suministro continuo de armas rusas a las fuerzas de Assad.
Por lo menos 93 mil personas han muerto en el conflicto sirio desde que comenzó en marzo de 2011, según un cálculo de la ONU. Millones más han huido a otros países.
La Unión Europea también ha permitido que un embargo militar sobre Siria expire, lo que permite al bloque de 27 naciones enviar armas a los rebeldes. Francia y Gran Bretaña avanzan en esa dirección, pero el Gobierno de Alemania se opone.