Familia de LA requiere ayuda para repatriar a padre fallecido
Una familia angelina clama por asistencia para repatriar a Honduras los restos del padre fallecido en un accidente
Hace una semana, poco después de graduarse de secundaria, la única persona que Jonathan Cruz conoció como papá desde los cuatro años, su padrasto Walter Iván Santos, fue atropellado.
Hoy, Jonathan tiene que encontrar cómo repatriar el cuerpo de Santos y ayudar a su mamá con los gastos de la casa.
El pasado martes 11 de junio a las 6 de la mañana en Sun Valley, Santos se amarraba los zapatos entre la cuneta y la parte trasera de su vehículo estacionado, cuando un sujeto que conducía supuestamente drogado, golpeó su carro. El hombre quedó atrapado entre ambos vehículos y murió casi al instante.
“Mi papá era muy bueno. Desde los cuatro años se hizo cargo de mí y de mi mamá… ahora yo me tengo que hacer cargo. Ahora yo soy el hombre de la casa”, dijo Jonathan.
Desde la semana pasada, el joven ha intentado conseguir ayuda para repatriar el cuerpo de su padre, llamando al Consulado de Honduras y a la unidad de víctimas violentas de la Ciudad de Los Ángeles, pero hasta ayer por la tarde no había podido encontrar quién le ayudara económicamente para pagar los gastos.
En el Consulado de Honduras —dice el joven— pasan su caso por diferentes empleados, sin que alguien pueda darle una respuesta positiva. Mientras que en la ciudad, su caso fue transferido a una trabajadora social para que ella investigue lo ocurrido. Entretanto, no cesan las llamadas de la funeria en donde reposan los restos de su padre, a la espera del dinero que se les adeuda.
“Hasta me duele la cabeza de tantas llamadas que recibo y que tengo que hacer. Yo jamás pensé que iba estar en una situación de este tipo”, dijo el muchacho de 19 años, que ya comenzó clases en Pierce College.
Sus sueños de estudiar enfermería posiblemente tendrán que esperar. El joven comenzará a trabajar a tiempo completo en una tienda de 99 centavos y a estudiar por las noches.
Santos era el único soporte de esta familia. Él tenía dos trabajos para poder cubrir los gastos y asegurar que su esposa María estuviera en la casa cuidando de Iván Angel, de 6 años, y Naomi Daniela, de 2 años.
“El fin de semana preparamos comida salvadoreña y mexicana para recoger un poco de dinero”, dijo Jonathan.
Sin embargo, este adolescente no se queja de las nuevas circunstancias y mantiene un semblante fuerte y positivo. Pero la tristeza se escapa de repente en su mirada, rápidamente agacha la cabeza y besa el rosario que tiene enrollado en su mano izquierda, como si éste fuera la base de su fuerza.
“Mi hermanito pregunta que dónde está mi papá, y se le dice que él se fue al cielo. Ella (Naomi) llora sin motivo. Ellos lo extrañan mucho; todos lo extrañamos mucho”, acotó.
La funeraria cobra 2,200 dólares para repatriar el cádaver.
Las personas que deseen ayudar a la familia de Jonathan pueden depositar en la cuenta del banco Chase número 206627783.