‘Dreamers’ están en huelga de hambre en la frontera
Llamadas caídas han ocasionado la protesta de varios de los 'dreamers' que fueron detenidos en la frontera cuando intentaron reingresar a EEUU el lunes pasado
PHOENIX (AP). — Después de cinco días en el Centro de Detenciones de Eloy, dos dreamers de un grupo de nueve jóvenes detenidos por autoridades migratorias en la garita de Nogales, Arizona, se comunicaron con The Associated Press para decir que están en huelga de hambre, y un miembro del grupo que los defiende dijo que al menos otras tres integrantes participan de la medida.
Luis Gustavo León y Ceferino Santiago dijeron telefónicamente que no comen desde el jueves para protestar que han sufrido dificultades para hacer llamadas telefónicas a sus familias.
“Al momento que decimos que llamamos de Eloy, dura como 15 segundos, y se corta la llamada”, dijo Santiago, un joven de 20 años oriundo de Oaxaca.
Benito Miller, uno de los miembros de la Alianza Nacional de Jóvenes inmigrantes (NIYA) dijo que tenían conocimiento de que Lulú Martínez, Lizbeth Mateo y Claudia Amaro Escalera, otras de las dreamers detenidas, también participaban de la huelga de hambre.
“Nos están restringiendo llamadas”, dijo Miller, aunque añadió que pudo sostener varias llamadas con Lizbeth Mateo.
La policía de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) la agencia federal que está a cargo de la deportación y los centros de detención migratorios, no emitió comentarios sobre estas denuncias ni sobre una huelga de hambre.
Tampoco comentó hasta el momento sobre las denuncias de problemas con las llamadas telefónicas desde el centro de detención situado en la localidad de Eloy, unos 105 kilómetros (65 millas) al sureste de Phoenix. Miller dijo que logró hablar con Mateo por lo menos por 10 minutos antes de que se cortara la llamada. Su familia también pudo participar de la conversación.
“Estamos muy angustiados. Hasta hace como 30 minutos ella pudo comunicarse con nosotros, se oye muy bien. Dice que está bien, está tomando informaciones de otras personas que están detenidas”, dijo Joel Mateo, el padre de Lizbeth Mateo, en declaraciones a la AP desde Los Ángeles ayer viernes por la mañana. “Los tenían aislados, les cortaban las llamadas”, agregó.
Mateo dijo sentirse bien orgulloso “de la valentía” de su hija “por querer ayudar a otros jóvenes que injustamente han sido deportados”.