‘El Botija’ dejó carrera de médico para irse con ‘El Chavo del 8’
El actor Édgar Vivar recuerda aquélla época en la que dejó su carrera como cirujano para dedicarse a ser artista de tiempo completo
Nacido el 28 de diciembre de 1948 en la Ciudad de México, Vivar ha destacado por su participación en el programa televisivo “El Chavo del 8” y más de 30 películas, así como en diversas obras de teatro, series y telenovelas.
Édgar Vivar realizó su educación básica en una escuela de gobierno, en la secundaria entró a lo que se llama iniciación universitaria que lleva la preparatoria 2, de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde llevaba un programa de estudios muy semejante a la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Eran cinco años, los que correspondían a tres años de secundaria y dos de preparatoria. Para mí fue muy útil porque al no estar en una escuela oficial y entrar a un recinto universitario a partir de la secundaria, donde era un sistema diferente al que lleva a la primaria, una educación abierta universitaria y sobre todo con compañeros mucho más grandes que yo.
El actor agregó que después de cursar la preparatoria, ingresó a la universidad a estudiar la carrera de Médico Cirujano, en la UNAM.
Sin embargo, hubo situaciones que lo llevaron a dejar l
a carrera de lado y tomar muy en serio la actuación. A pesar de las diversas circunstancias, porque aún no sabía su gusto por el teatro, Édgar tuvo que asistir a sus clases, sin pensar que eso lo definiría en esta carrera artística. “Yo estaba renuente porque el maestro no me caía bien, ya lo había visto algunas veces y como las compañeras suspiraban por él, pues más me caía mal, pero curiosamente con el pasar de los años, él me dio la oportunidad de entrar a teatro profesional y hasta la fecha somos muy buenos amigos, se trata del maestro Gonzalo Correa.
“Un día un caza-talentos me invitó a hacer un ‘casting´para un comercial, yo no sabía qué era eso, fui con una muchacha que quería ser actriz, y curiosamente ella no se quedó y yo sí.
“A la par cursaba el último año de la facultad me pagaban 900 pesos mensuales como pasante y por el comercial me pagaron dos mil pesos por un día de trabajo, entonces tocaron mis fibras más sensibles que estaban junto a mi cartera.
A partir de ese momento, continuó haciendo comerciales y ahí conoció al director Ignacio Brambila, quien era muy amigo de Roberto Gómez Bolaños, hecho que cambió radicalmente su vida.
“Roberto Gómez Bolaños empezaba a tener mucho éxito con su programa ‘El Chapulín Colorado’, que transmitían en el canal 8 y debido al éxito que tuvo le ofrecieron hacer un programa independiente, de la parte cómica, los sábados con una duración de ocho horas.
“Entonces tuvo que echar mano de conocidos y formar un pequeño grupo de actores, don Ignacio le dijo ‘mira, te puede servir este muchacho, y el muchacho era yo”, mencionó.
Ante esta gran oportunidad, el artista relató que un día recibió la llamada de “Chespirito”, a quien conocía de los programas de “Viruta y Capulina”.
“Fui a verlo, me dijo que ya me había visto en comerciales y me preguntó si ya había hecho teatro y le dije que sí, a lo que de inmediato me dijo que íbamos a hacer un programa de televisión, donde no se utilizaría el apuntador, a lo que pregunté ¿y eso qué es?, y de inmediato me dijo ‘estas contratado’”, agregó.
De inmediato, Vivar empezó a trabajar con Roberto Gómez Bolaños y fue donde tuvo que elegir si seguía como médico o iniciaba su carrera como actor. “De ser un actor mediocre a un médico mediocre, preferiría ser un mal actor de tiempo completo y no me arrepiento”.
Respecto a la relación que mantuvo con los integrantes de la serie “El Chavo del 8”, el actor expresó que: “Fue muy buena, pues hasta la fecha conservo la amistad con ellos, porque no sólo fueron compañeros de trabajo sino amigos, cabe señalar que me llevé muy bien con todos, pero conforme pasa el tiempo se acrecentaron los lazos, fueron 25 años de trabajar juntos.
“Sí, tuvimos problemas, pues éramos una familia, pero no había diferencias que no pudieran superarse. Yo creo que tenía que ver mucho la actitud y los valores, en mi caso valoro más la amistad, es más importante la relación humana que cualquier otra cosa como la fama o el dinero, eso es circunstancial”, sostuvo.
Además, explicó que antes todo era más fácil, “en general tuvimos muy buena relación, bueno como apenas comenzaba el programa había una disposición muy grande de todos, no sólo de los actores sino también de la parte técnica, administrativa, de todos.
En cuanto a sus personajes dentro de “El Chavo del 8”, el actor narró que cuando la serie empezó a tener éxito, Roberto Gómez Bolaños, quien escribía, producía y dirigía, tuvo que ampliar el universo de ‘El Chavo’, primero estaba circunscrito al patio de la vecindad, a la vecindad misma, a la casa de ‘Don Ramón’, de ‘Quico’, y eventualmente a la de la ‘Bruja del 71’.
“Luego empezó a expandir los horizontes a la escuelita, por lo que el reto de Roberto fue buscar actores que hicieran papel de niños que fueran muy buenos para convencer al público.
“Entonces se me ocurrió que ‘El señor Barriga’ tuviera un hijo, hice ‘casting’, me quité los lentes y agarré una peluca. El resultado le gustó a Roberto y me quedé con el personaje.
Lo difícil era hacer dos papeles al mismo tiempo, era complicado, ahora es más fácil con las cámaras”, explicó.
“No me tocó sustituir a Ramón, porque él es insustituible, pero aprovechando la coyuntura y el antecedente que también era un ladrón, Roberto se avocó en que el Botija fuera el nuevo acompañante de ‘El Chómpiras’, y después, cuando empezó a tener éxito, se extendió el universo de esos dos personajes y apareció ‘La Chimoltrufia’.
El actor dijo sentirse sorprendido de que con el paso de los años, el programa cómico sigue teniendo vigencia.
“Soy el principal sorprendido de ver que a lo largo de estos años todo tipo de público continúa viendo el programa, ya que duró 25 años y yo cumpliré más de 43 años de carrera. Han surgido nuevos programas y así se han apagado, se han enterrado y olvidado, mientras que “El Chavo del 8” sigue con éxito”
“Ahora han hecho las caricaturas, lo cual me parece una medida de mercadotecnia muy buena, porque los personajes dibujados no se cansan, no envejecen, no piden aumento de sueldo. Desde mi punto de vista me parece bien, además de que es un homenaje a la interpretación que hicimos”.
El actor sostuvo que hacer comedia es un reto, “para hacer reír a la mayor cantidad de gente hay que utilizar la inteligencia, el chiste de un chiste es que no tengas que contar un chiste sino que tu cabeza sea la que encuentre la unión o la relación entre dos situaciones que aparentemente no la tienen.
“Ahí radica la pieza fundamental de la comicidad, si tú dices una mala palabra te ríes pero que chiste, cuando sueltas malas palabras pues caes en lo vulgar”, señaló.
Al finalizar la serie cómica, Vivar siguió en sus proyectos dejando de lado a sus personajes.