Una lección oportuna para los Dodgers
Duro golpe frente a la realidad. Frente al molesto impacto de percatarse que perder es también una opción.
Así de duro fue el leñazo en el ego de los inquilinos de la Chávez Ravine después de que el pasado fin de semana los Medias Rojas de Boston pasaron por California y les recordaron que una cosa era ser el equipo de moda en un mes, y otra muy distinta, ser el mejor durante toda la campaña.
Que los Medias Rojas ganen la serie con tal autoridad en “Dodgertown” es una manera de volver a la realidad para entender que el hábito de ganar de la manera arrolladora como lo han hecho Dodgers con 42-8 en 50 juegos, a la hora de competir en una postemporada llega a ser un dato. Acaso un coeficiente numérico y nada más.
Cuando ya muchos, y con toda razón, se imaginaban en la Serie Mundial después de 25 años, aparecieron los “Patirrojos” para refrescar las estadísticas y dejar en claro que una cosa es hacer números en la División Oeste de la Liga Nacional con cuatro rivales que juegan de manera corriente con récord perdedor, y otra muy distinta, hacer números frente a Yanquis, Rays, Orioles, todos aún contendientes para jugar en octubre. Llega a tiempo, muy a tiempo esta lección.
Que la temida batería de Adrián González, Yasiel Puig, Hanley Ramírez y Andre Ethier fuera atada “back to back” por el pitcheo poderoso de Boston, más que nervios debe dejar enseñanzas.
Así lo asumió, y ha estado muy bien, Don Mattingly para poner las cosas en términos precisos. Asistir a los recitales de Jon Lester y de Jake Peavy, sábado y domingo, deja una sensación de inseguridad, si es que los Dioses del beisbol los ponen frente a la tropa de John Farrell en el Clásico de Otoño.
Lo bueno, que la afición mantiene la pasión y el apoyo incondicional. Lo mejor, que éste traspié haya ocurrido a falta de treinta juegos, y frente a un rival que, en el peor de los casos te lo encuentras cuando ya estén en la batalla para ganarlo todo.
Aprender de las derrotas, no es lo mismo que aprender del miedo.
MIGUEL VS CHRIS: Linda guerra entre Cabbrera y Davis por el campeonato de jonrones en la temporada. El venezolano vuelve a desafiar la opción de ganar la triple corona, y ya volvió a superar los 40 jonrones en una temporada.
A treinta juegos del final Davis, de Orioles, tiene 46 y Cabrera, de Tigres, 43, en lo que parece una reedición del viejo duelo Sosa McGwire, pero con peloteros limpios.
Las proyecciones los ponen en un cabeza a cabeza cercano a 54 bombazos, pero más allá de ese número fantástico, lo de fondo es saber si Miguel Cabrera al tiempo intenta ganarle la carrera de los toleteros a Davis, firma la hombrada histórica de ganar de nuevo la triple corona.
GRAFITTI: “Muy poco, muy tarde” en el ‘dugout’ de Angels después de barrer la serie ante los Marineros, en Seattle.
Luego la seguimos.