Reforma de salud pone a pelear a los republicanos

Algunos senadores de ese partido se oponen a las tácticas del ala más conservadora liderada por Ted Cruz

El senador hispano por Texas, Ted Cruz, es uno de los principales opositores republicanos a la reforma de salud del presidente Obama.

El senador hispano por Texas, Ted Cruz, es uno de los principales opositores republicanos a la reforma de salud del presidente Obama. Crédito: AP

Washington – Los dos republicanos de mayor rango en el Senado de EE.UU., Mitch McConnell y John Cornyn, anunciaron este martes que no respaldarán la táctica del ala más conservadora del partido, impulsada por el senador hispano por Texas, Ted Cruz, contra la financiación de la reforma sanitaria.

Cruz pretende impedir que el Senado, de mayoría demócrata, vote en los próximos días una moción que restablezca los fondos para la aplicación de la reforma sanitaria, la Affordable Care Act (ley de Asistencia sanitaria asequible), conocida despectivamente por los conservadores como “Obamacare”.

La reforma es considerada como uno de los principales logros del presidente estadounidense Barack Obama.

El Senado tiene que pronunciarse sobre un proyecto remitido por la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, que proporciona “in extremis” al Gobierno federal los fondos para seguir funcionando este año, pero elimina los destinados a la reforma sanitaria.

Con su planeada obstrucción, Cruz se propone impedir que los demócratas restablezcan en la Cámara Alta los fondos sanitarios que la Cámara Baja suprimió.

“Simplemente ocurre que no creo que utilizar el bloqueo del voto de una ley que suprime los fondos de Obamacare sea la mejor manera de eliminar su financiación”, indicó McConnell este martes en la mañana en el Capitolio.

McConnell, senador por Kentucky y líder de la minoría republicana en la Cámara Alta, subrayó que la estrategia de Cruz “solo conseguiría cerrar el gobierno y mantener los fondos del Obamacare. Y ninguno de nosotros quiere eso”.

Cruz, quien tomará la palabra la tarde del martes en el Senado para defender su plan, tenía previsto recurrir a la estratagema conocida como “filibusterismo” (hablar sin parar hasta que los plazos se agoten) con el fin de postergar lo máximo posible el voto en el Senado y dejar así sin tiempo a los demócratas para revisar la moción, pero parece haberse quedado sin los apoyos necesarios.

“Escucho que habrá filibusterismo hoy. Voy a desengañar a todo el mundo: no habrá filibusterismo hoy”, subrayó tajante Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado.

El Gobierno cuenta con fondos para financiarse hasta la medianoche del 30 de septiembre cuando, de no aprobarse un presupuesto especial, tendrá que cerrar parcialmente.

El fin del presupuesto para el ejercicio fiscal 2013, que finaliza en septiembre, coincide con la entrada en vigor de una parte clave de la reforma sanitaria impulsada por Obama, que permitirá desde el 1 de octubre a los ciudadanos escoger entre múltiples seguros médicos y en algunos casos optar a subsidios federales para su cobertura.

Ante esta situación, los republicanos, que se han opuesto frontalmente a la reforma, aprobaron la pasada semana una propuesta de ley en la Cámara de Representantes que enlazaba ambos aspectos: otorga financiación al Gobierno para seguir funcionando pero solo a cambio de que se supriman los fondos federales para la aplicación de la reforma sanitaria.

En el Senado, sin embargo, de mayoría demócrata, la norma parecía no tener ningún futuro y solo podría salir de vuelta a la Cámara despojada de la condición de suprimir fondos para Obamacare, a menos que todos los republicanos asuman el bloqueo procesal propugnado por Cruz.

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