El juego de echar culpas

En la política, cuando el opositor se está ahogando, le damos un yunque. Los demócratas no parecen tener ningún apuro por negociar

La dura verdad es que ambos partidos son culpables del cierre del gobierno.

La dura verdad es que ambos partidos son culpables del cierre del gobierno. Crédito: ASrchivo / AP

POLÍTICA

En los días que precedieron al primer cierre del gobierno federal en 17 años, los periodistas continuaban preguntándo a los miembros del Congreso: ¿Cuál es el final de la partida? Para cuando las luces se apagaron, la respuesta fue obvia: el juego de echar la culpa.

En el programa “Meet the Press” de NBC, unos días antes del cierre del gobierno, el representante Raúl Labrador, republicano de Idaho, reconoció que los republicanos recibirían la culpa y sugirió que los demócratas lo entendían muy bien.

“La realidad es que los demócratas piensan que esto es una pérdida para nosotros”, dijo Labrador. “Pienso que todos están de acuerdo que esto es una pérdida para nosotros si el gobierno cierra. Por eso pienso que el presidente y los demócratas quieren cerrar el gobierno”. En la política, cuando el opositor se está ahogando, le damos un yunque.Los demócratas no parecen tener apuro por negociar. Esa es una realidad triste de nuestro sistema político. Hoy, muchos funcionarios electos simplemente arreglan la culpa. Para algunos legisladores, eso es suficiente. No necesitan sentirse bien concibiendo soluciones o mejorando la vida de las personas. Derivan su satisfacción de la suposición de que, cuando las cosas salen mal y el público reparte criticismo, la otra parte va recibirá una porción mucho mayor. Si los estadounidenses escucharon alguna parte del debate previo al cierre del gobierno, debieran al menos haberse dado cuenta que la culpa puede ser un arma política poderosa y en estos días se ha vuelto muy a menudo un fin en sí misma.

Esta vez, el tema fue el cierre –que entró en vigor cuando la Cámara Baja y el Senado no pudieron superar su incapacidad de alcanzar un trato presupuestario en medio de tentativas de los representantes republicanos de quitarle financiación a la Ley de Cuidado de Salud, mejor conocida como Obamacare.

Echar la culpa ciertamente no es algo único de este debate. Al conversar sobre la reforma inmigratoria, los demócratas –incluidos muchos que no querían proveer a los inmigrantes ilegales un camino hacia la ciudadanía porque molestaría a los trabajadores obreros preocupados por sus trabajos y porque alimentaría la percepción de que el Partido Demócrata es blando con la inmigración ilegal– apuestan todo a la presunción de que, si el diálogo se quiebra, los latinos y los defensores de la reforma les atribuirían la mayoría de la culpa a los republicanos.

Los medios de comunicación, mientras, alimentan el frenesí presentando el tema como qué partido es más probable que sea culpado y produciendo datos de encuestas que ayudan a los políticos a trazar estrategias y manipular el resultado.

En julio, una encuesta de Wall Street Journal/NBC News le preguntó a los encuestados a quién culparían si el Congreso no podía llegar a un acuerdo sobre la reforma inmigratoria antes del fin del término. La encuesta halló que 44 por ciento de las personas culparía a los republicanos, mientras que 14 por ciento dijo a los demócratas y 21 por ciento mencionó al Presidente Obama. Entre los hispanos, los hallazgos fueron incluso más disparejos. Casi la mitad dijo que principalmente culparía a los republicanos, mientras que solo 6 por ciento culparía a los demócratas.

Esto le encaja bien a aquellos miembros del Partido Republicano que consienten a los nacionalistas, alimentan el miedo del público sobre un cambio cultural y enmarcan la inmigración de una manera que ha sido enmarcada por mucho de la historia de Estados Unidos, como una manera de importar gente inferior de países inferiores.

Además, también deber ser frustrante para aquellos republicanos que quieren lograr la reforma inmigratoria, ya sea porque quieren proveer trabajadores a empleadores que también contribuyen con sus campañas o porque simplemente quieren sacarse el tema de encima y volver a cortejar a los hispanos.

En el debate sobre quitarle financiación a Obamacare, los republicanos son nuevamente presentados como los villanos. Una encuesta de CNN halló que 46 % de los estadounidenses culparía a los republicanos por el cierre del gobierno, mientras que 36 % culparía a Obama. 13 % consideró a ambos partidos culpables.

Pese a todo el ruido, un 13 por ciento se dio cuenta. La dura verdad es que ambos partidos son culpables del cierre del gobierno.

Uno pensaría que el enfatizar constantemente quién es culpable crearía un incentivo para que esas personas hagan lo correcto. Al contrario, empuja a la otra parte a que no haga nada y ver cómo sus adversarios trastabillan. El juego de echar la culpa es un juego en el que nunca nadie gana.

En esta nota

Cierregobierno

Suscribite al boletín de Política

Recibe gratis las noticias de política e inmigración diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain