Republicanos reconocen derrota ante Obamacare
'Dimos una buena pelea, sólo que no ganamos', acepta líder republicano del Congreso
Los líderes republicanos en el Congreso concedieron la derrota en su batalla por el presupuesto con el Presidente Barack Obama sobre la ley de reforma de salud apoyando la reapertura del Gobierno y levantando el tope del límite que tiene la nación para endeudarse, a cambio de negociaciones futuras.
El senador Ted Cruz, republicano por Texas, quien lideró la campaña en contra de la ley federal de salud conocida como Obamacare, finalmente tiró la toalla y optó por no obstaculizar el voto sobre un acuerdo logrado en el Senado.
Sin embargo, al conceder su derrota, Cruz mantuvo su postura. “Desafortundamente, los legisladores en Washington no están escuchando a los estadounidenses”, dijo.
El presidente del Congreso, John A. Boehner, el líder de los republicanos conservadores en la Cámara Baja que intentaron quitarle el financiamiento a Obamacare hasta el punto de llevar a un cierre de Gobierno el pasado 1 de octubre, también optó por no bloquear el acuerdo del Senado, el cual dejó prácticamente sin ninguna victoria que reportar para los republicanos.
“Dimos una buena pelea”, dijo Boehner durante una entrevista. “Sólo que no ganamos”.
En un comunicado emitido mientras el Senado y el Congreso preparaban un voto, Boehner escribió:
“El Congreso ha luchado con todo para convencer al Presidente de Estados Unidos de participar en negociaciones bipartidistas enfocadas a atender nuestra deuda nacional y proveer justicia a los estadounidenses bajo Obamacare. Esa batalla continuará. Pero bloquear un acuerdo bipartidista logrado hoy por los miembros del Senado no será nuestra táctica”.
El acuerdo se dio a menos de 24 horas de que Estados Unidos cayera en impago de su deuda por falta de dinero. Esto le habría costado al país una degradación de su crédito y, por lo tanto, le habría sido más difícil conseguir crédito o pagar más caro los préstamos que obtuviera, generando un efecto dominó negativo para toda la economía, con la posibilidad de una nueva recesión.
El senador Mitch McConnell de Kentucky, el líder republicano en la Cámara Alta, indicó que en el acuerdo que él negoció con el líder de la mayoría demócrata, el Senator Harry Reid de Nevada, los recortes acordados al presupuesto fiscal de 2011 no fueron revisados, como querían los demócratas, lo que representa una pequeña victoria para su partido.
Según el acuerdo, tanto republicanos como demócrtas asignarían legisladores a un comité para diseñar un plan presupuestario a largo plazo durante el próximo año.
Este esfuerzo conjunto no ha tenido éxito en el pasado, y el país ha estado durante años sin un presupuesto formal.
Para los demócratas y los republicanos, la pregunta básica en el comité será si pueden encontrar una forma para retroceder en los recortes automáticos, también conocidos con el término de “secuestro fiscal”, que incluyen una nueva ronda de recortes al presupuesto en enero próximo.
Los demócratas odian el “secuestro” porque éste básicamente significa lo opuesto a su visión de inversión doméstica que han defendido históricamente. Los republicanos están más dispuestos a estos recortes aunque les preocupa aquellos que afectarán directamente el gasto del Pentágono.
El camino más probable para reemplazar parte del “secuestro” es hacer recortes en el gasto obligatorio del Gobierno, es decir en programas de cuidado de salud o subsidios para el campo. La otra opción es incrementar impuestos para atraer más ingresos, como piden los demócratas, pero es donde las negociaciones se estancan con los republicanos.