Acusados de planear el 11S se cobijan bajo supuestas torturas

Los abogados de los cinco implicados tratan de presentar pruebas que demuestren que el trato a sus clientes en Guantánamo contravino la Convención Contra la Tortura de la ONU

Washington – Los abogados defensores de cinco acusados de planear los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York redoblaron hoy la presión para obtener y utilizar pruebas sobre la tortura a sus clientes en prisiones clandestinas de la CIA.

En la nueva ronda de vistas previas al juicio contra Jalid Sheij Mohamed, supuesto cerebro de los atentados del 11S, y cuatro de sus cómplices que se celebrará hasta el 25 de octubre en la Base Naval de Guantánamo (Cuba), los abogados tratan de presentar pruebas que demuestren que el trato a sus representados contravino la Convención Contra la Tortura de la ONU.

Debido a que los interrogatorios que sufrieron durante años estos detenidos se mantienen como secreto y no pueden ser tratados en el proceso, los equipos de la defensa tienen serias dificultades para utilizarlos como atenuantes.

Asimismo, quieren que algunos de los documentos clasificados de los que dispone el Gobierno estadounidense sean desclasificados para poderlos utilizar como atenuantes en un juicio.

El la jornada de hoy, el abogado defensor de Ammar al Baluchi, acusado de formar parte de la red de financiación y entrenamiento del 11S, defendió la necesidad de dar a conocer detalles sobre el trato al que fue sometido su cliente durante su tiempo en cárceles clandestinas.

Según James Connell, cuyas declaraciones fueron recogidas por el blog especializado Lawfare, Estados Unidos suscribió en 1994 la Convención Contra la Tortura de Naciones Unidas y por lo tanto incumplió esas directrices durante los primeros años de la guerra contra el terrorismo islámico en la presidencia de George W. Bush.

Asimismo, el representante legal sostuvo que las supuestas torturas, que incluían el ahogamiento simulado, incumplieron mandatos internacionales y no es justo que no puedan denunciarlas y usarlas como atenuantes durante el juicio.

Connell intentó hoy que su cliente pueda testificar en una sesión abierta al público sobre el trato que recibió en centros secretos de la CIA, en los que estuvo recluido entre 2003 y el otoño de 2006.

El letrado recordó ayer que posiblemente la mejor narración de lo que sufrió su cliente puede estar contenida en la película “Zero Dark Thirty”, donde se muestra supuestamente el trato a Al Baluchi.

El abogado se limitó a revelar que su cliente se quejó de que había sido torturado, sufría problemas mentales y tenía heridas en la cabeza a su llegada a Guantánamo y nada se hizo ni se proveyó a su cliente una vía para transmitir sus quejas.

Ammar al Baluchi, sobrino de Sheij Mohamed; Mustafa al Hawsawi, supuesto cooperador en la financiación de los atentados; Walid bin Attash y Ramzi bin al Shibh se enfrentan a una condena a muerte en las comisiones militares de Guantánamo, denunciadas por organizaciones internacionales por vulnerar los derechos de los detenidos.

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