El banco del siglo XXI
Cada día es más fácil abrir y mantener una cuenta en el banco de tu preferencia. Quien tenga una computadora y acceso al Internet puede llevar a cabo la mayoría de sus necesidades bancarias con sólo unos clics del ratón, desde la comodidad de su propio hogar. Siempre y cuando tengas acceso al Internet, tu banco en línea está abierto las 24 horas del día, siete días a la semana donde quiera que estés. Si no tienes una cuenta de cheques o de ahorro, abrir una en línea sólo demora unos diez minutos. He aquí cómo hacerlo:
? Primero, conéctate al Internet y selecciona un banco o una institución financiera con la que quieras hacer negocios. Busca el enlace para cuentas de cheque o de ahorros, y márcalo.
? Cuando hayas encontrado el tipo de cuentas que más se ajusta a tus necesidades financieras y metas, marca la etiqueta que dice “Apply”.
? La mayoría de las solicitudes de cuentas en línea exigen que pongas alguna información básicatu nombre, dirección, fecha de nacimiento, número de seguro social y número de licencia de conducir.
? Cuando te piden que deposites el dinero con que abrirás tu cuenta, puedes hacerlo mediante un cheque personal, un cashier’s check o un money order pagadero a ti mismo que deberás enviar a la dirección que aparece en la solicitud.
? Si no, lo puedes hacer todo en tu computadora mediante una transferencia electrónica de fondos (que se conoce en inglés como ETF) a través de un sistema de entrega de pagos electrónicos. Para ello, busca el número de cuenta y lo que se llama el número de “routing”, que están en la parte inferior izquierda de los cheques de la cuenta de donde quieres tomar el dinero para abrir la nueva cuenta en línea.
? Pon esa información y luego escribe la cantidad que quieres transferir a tu nueva cuenta y haz clic para finalizar la operación.
? Cuando hayas abierto una cuenta que ofrezca acceso en línea, sencillamente escribe tu clave de identificación y tu contraseña secreta y haz clic. Una vez en tu cuenta, puedes ver tus saldos actuales y una lista de todas tus transacciones.
Asegúrate de no anotar nunca tus códigos secretos ni compartirlos con nadie. Y siempre firma la parte de atrás de todas tus tarjetas de débito y de crédito.