Un apretón de manos

Todavia perduran diferencias como para que un saludo entre Raúl Castro y Obama signifique un acercamiento

El presidente de EEUU, Barack Obama estrechó la mano de su homólogo cubano, Raúl Castro, durante el servicio fúnebre de Nelson Mandela en Sudáfrica.

El presidente de EEUU, Barack Obama estrechó la mano de su homólogo cubano, Raúl Castro, durante el servicio fúnebre de Nelson Mandela en Sudáfrica. Crédito: AP / SABC

Cuba

El apretón de manos del presidente Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro duró apenas 10 segundos en la madrugada del martes. Pocos minutos después: el video, la foto y la noticia daban la vuelta al mundo.

Fue el titular del día para diarios, cadenas de televisión y agencias de noticias que cubren los funerales de Nelson Mandela, quien con su prédica de reconciliación erradicó el apartheid de África del Sur y con humildad rehusara la tentación de convertirse en presidente de por vida de esa nación africana.

Con igual celeridad vinieron las interpretaciones —algunas erradas — y otras soñadas. Dijeron que era la primera vez que presidentes de ambos países se daban la mano en los más de 50 años de relaciones antagónicas. No es así. En el año 2000, el entonces presidente estadounidense Bill Clinton le dio la mano a Fidel Castro en un encuentro casual en una sesión de las Naciones Unidas.

Los comentaristas más conservadores se limitaron a decir que era inevitable en los funerales de un ícono mundial que predicó la reconciliación entre blancos y negros en su país después de haber cumplido 27 años de cárcel por oponerse al apartheid.

Agregaron que inmediatamente después del saludo a Raúl, Obama saludó con un beso en la mejilla a la presidente de Brasil Dilma Rousseff. Las relaciones a nivel presidencial entre Brasil y Washington también están dañadas por informes secretos publicados que dicen que la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) monitoreaba las llamadas telefónicas de la líder brasileña.

“No me parece que haya sido nada extraordinario”, dijo Jorge Duany, Director del Programa de Estudios Cubanos en Florida Internacional University (FIU). “Fue un gesto protocolar ya que Raúl estaba en primera fila de los mandatarios presentes para los funerales de Mandela”.

Otros, sin embargo, inmediatamente comenzaron a especular. El saludo bien podría dar pie a un nuevo acercamiento en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos congeladas hace más de 50 años. Después de todo, Obama bajó la cabeza ante el líder comunista que es mucho más bajito que el mandatario estadounindense.

El tema da mucha tela para cortar y para especular.

Es cierto que Obama ha suavizado el embargo de Estados Unidos a Cuba, facilitando los viajes de cubanos a ver a sus familiares en la isla y aumentado el monto de las remesas que los mismos mandan a Cuba. También promulga viajes culturales de americanos, ya que cree que el contacto personal presiona al régimen comunista a mitigar la represión al creciente número de disidentes opuestos a la dictadura que subyuga al pueblo cubano.

Cuba, por su parte, hoy permite a los cubanos viajar con mayor facilidad; vivir fuera de la isla por dos años y no perder ni su ciudadanía ni sus propiedades.

¿Pequeños gestos por parte de Raúl o indicios que de verdad quiere mejorar las relaciones con Estados Unidos?

Nadie recordó que los funerales de Mandela ocurrían en el Día Mundial de los Derechos Humanos.

Obama no hizo mención de la fecha, pero sí fue fuerte en criticar a los que predican libertad y oprimen a sus pueblos. Era como si le estuviera hablando a Raúl.

“Hay muchos de nosotros que con alegría abrazamos el legado de Mandela en pro de la reconciliación, pero rechazamos apasionadamente cualquier reforma sean un reto a la pobreza crónica y a la igualdad”, dijo Obama, quien hablaba a pocos metros de líderes comunistas como Castro y el vicepresidente de China, Li Yuanchao.

“Hay muchos líderes que se dicen solidarios con la lucha de Mandela por la libertad, pero que no toleran la disidencia de sus pueblos”, agregó Obama.

Aunque Obama estuviese refiriéndose a Castro, su secretario de Estado, John Kerry ha dicho que Estados Unidos negocia con Cuba la liberación de Alan Gross, el contratista estadounindese preso hace cuatro años por llevar tecnología satelital a la comunidad judía en la isla.

El caso de Gross y el de cinco espías cubanos de la Red Avispa presos en Estados Unidos son el mayor impedimento a la posibilidad de que ambos países establezcan relaciones diplomáticas. Cuba quiere un intercambio de Gross por los cinco espías, y Estados Unidos está renuente al canje.

Si solventan ese problema, entonces si se podrían darse la mano Obama y Raúl y ese apretón de manos tener un verdadero significado en las relaciones entre ambos.

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