Obama comenzará 2014 con desgaste por reforma de salud
Una vez resuelta la crisis por "Obamacare", el presidente podrá enfocarse en asuntos como la lucha de la desigualdad salarial, aumento al salario mínimo federal, reforma educativa y cambio climático. A pesar de las esperanzas de activistas, es incierto el rumbo de la reforma migratoria
Washington.- El presidente Barack Obama comenzará el 2014 desgastado por la lucha sobre “Obamacare” y con un incierto rumbo para la reforma migratoria pero, pese a la férrea oposición republicana, aún puede lograr parte de la agenda de su segundo mandato, aseguran algunos expertos.
El propio Obama ha reconocido que el 2013 fue de “frustraciones” y “altibajos”, sobre todo por la desastrosa puesta en marcha de la página web “Healthcare.gov” de la reforma de salud, que le hizo caer en las encuestas de opinión.
Sin embargo, los expertos creen que entre 2014 y enero de 2017, cuando entregue las riendas del poder, Obama podrá avanzar parte de su programa de gobierno pese a la hostilidad de los republicanos en el Congreso.
“Creo que es prematuro declarar que [Obama] está debilitado, aunque dudo que sus relaciones con los republicanos vayan a mejorar. Aún así, puede hacer mucho pese a la polarización en el Congreso, incluso mediante órdenes ejecutivas, y el Congreso le da mucha deferencia en política exterior”, dijo Ross Baker, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Rutgers.
“Va a tener una batalla muy dura con la reforma migratoria integral y probablemente no la logre en su totalidad. Los republicanos representan a distritos con mayoría blanca y conservadora que se opone a esa reforma, y no querrán dar a los demócratas 11 millones de posibles votantes”, vaticinó Baker.
Obama “tendrá incentivos para emitir órdenes ejecutivas, por ejemplo, en normas ambientales para el control de emisiones de carbono. En última instancia, reserva el derecho del veto presidencial”, aseguró.
Por su parte, Aaron David Miller, analista del Centro Wilson, consideró que Obama, uno de 17 presidentes en ganar la reelección, ya hizo historia como el primer presidente negro en EEUU, y su principal desafío será preservar las mejoras a la economía y el funcionamiento de “Obamacare”.
Obama “tiene tres años para afianzar su legado, pero es difícil imaginar que logre mayor cosa en el frente doméstico, porque la reforma migratoria dependerá del interés que tengan los republicanos en acercarse a las minorías”, dijo Miller.
“En 2014, no veo un nuevo punto de partida dramático para el presidente Obama. Eso sí, tendrá que luchar por las mejoras graduales a la economía, el avance de su agenda transformativa, y resguardar la seguridad de EEUU, evitando otro ataque terrorista… salvo que haya sorpresas, tampoco veo grandes logros en el frente internacional”, resumió Miller.
Una vez resuelta la crisis por “Obamacare”, una herida autoinfligida, según expertos, Obama centrará sus esfuerzos en asuntos como el combate a la desigualdad salarial, un aumento al salario mínimo federal, la reforma educativa y el cambio climático, según la Casa Blanca.
Su discurso sobre el “Estado de la Unión“, el próximo 28 de enero, servirá de guía para lo que resta de su segundo mandato.
A lo largo de la historia, los presidentes han enfrentado infortunios, que desde la década de 1930 se han bautizado como la “maldición del segundo mandato”, y una oposición dispuesta a hacer descarrilar su agenda.
Le ocurrió a Ronald Reagan con el escándalo Irán-Contra, a Bill Clinton, por su amorío con la becaria Monica Lewinsky, y a George W. Bush, por la torpe respuesta al huracán “Katrina”.
Pero, en su segundo mandato, Reagan promulgó la “amnistía” de 1983 que legalizó a tres millones de indocumentados y logró el colapso de la Unión Soviética. Clinton logró un exitoso superávit presupuestario, y Bush logró un plan energético y pactos comerciales con Centroamérica y la República Dominicana.
En todo caso, los republicanos esperan que, de cara a los comicios legislativos en 11 meses, el tropiezo de Obama con “Obamacare” traiga daño colateral a los demócratas, que no sólo tienen escasas posibilidades de reconquistar la Cámara de Representantes sino que afrontan el riesgo de una mayoría disminuida en el Senado.