Cupones para los trabajadores
El problema de la desigualdad económica en Estados Unidos alcanzó un nuevo récord al establecerse que por primera vez la mayoría de los beneficiarios del programa de cupones de comida son adultos en vez de niños y personas de la tercera edad.
El análisis de datos oficiales realizado por economistas de la Universidad de Kentucky a petición de la Prensa Asociada muestra el deterioro financiero de la clase media, el cual se ha agudizado especialmente entre el 2000 y 2011.
El fenómeno del trabajador pobre que debe suplementar sus ingresos ya es la norma en varias industrias y grandes empresas que, gracias al modelo de pagar poco y contar conque el gobierno contribuya con una parte de la compensación de sus trabajadores, les ha permitido reportar ganancias récord y amasar grandes cantidades de efectivo.
También esto ha conducido a un sistema injusto en que el trabajar ya no significa un camino para salir de la pobreza, sino que por el contrario tiene encerrado al trabajador sin posibilidades de superación.
El análisis demuestra también lo errada que está la visión de la mayoría republicana que sigue viendo al programa de cupones de alimento como un beneficio corrupto para gente que no quiere trabajar. Cuando en realidad la creciente cantidad de personas que dependen de los cupones se debe a las políticas impositivas y el gigantesco desfase de ingresos.
Es más fácil echar la culpa de la desigualdad económica al chivo expiatorio del momento, como lo hizo ayer el senador Jeff Sessions (R-Ala) quien en USA Today culpó a la inmigración de ser la responsable de la desigualdad de los ingresos.
Es necesario revertir la tendencia actual a través de un aumento en el salario mínimo, a corto plazo reponiendo la ayuda suplementaria por desempleo que caducó y, a mediano y largo plazo, establecer una política impositiva más justa. El mejorar la condición financiera del trabajador ayudará a la estabilidad económica con una base impositiva y de consumo más sólida.