Hillary Clinton en líos por comparar a Putin con Hitler
La exsecretaria de Estado trató de matizar los comentarios que hizo y que le provocaron una lluvia de críticas
Washington – Hillary Clinton trató de matizar su polémica comparación de los argumentos de Rusia para intervenir en Ucrania con los de los nazis en los años 30 pero insistió en la necesidad de aprender de la Historia.
“Sólo quiero que la gente tenga un poco de perspectiva histórica. No estoy haciendo una comparación en absoluto, sino recomendando que quizás podamos aprender de esta táctica que ya ha sido usada en el pasado”, dijo Clinton el miércoles durante una sesión de preguntas y respuestas en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA).
El martes, en un evento de recaudación de fondos en Long Beach (California), Clinton había dicho que los argumentos esgrimidos por el presidente ruso, Vladimir Putin, para intervenir en Ucrania, esto es, la defensa de la población de origen ruso que vive en la península de Crimea, “suenan familiares”.
“Es lo que Hitler hizo en los años 30 con las minorías alemanas de lugares como Polonia y Checoslovaquia”, consideró la demócrata, que por el momento es el nombre que suena con más fuerza de cara a la carrera presidencial de 2016.
Su comparación le valió las críticas de numerosos republicanos y analistas, por lo que el miércoles trató de aclarar sus palabras no sin subrayar que es necesario aprender de la Historia para encarar la crisis de Ucrania.
Asimismo, Clinton dijo que Putin es un “tipo duro pero susceptible” cuyo objetivo es “volver a sovietizar los países que rodean a Rusia”.
La crisis con Rusia no sólo puede convertirse en un reto mayúsculo para los últimos años de Obama en la Casa Blanca, sino que, de prolongarse en el tiempo, podría afectar al futuro de Clinton como potencial candidata demócrata para las presidenciales de 2016.
El conflicto en Crimea ha resucitado unas imágenes históricas de 2009 en las que la entonces jefa de la diplomacia estadounidense entrega a su homólogo ruso -ya entonces Sergéi Lavrov– un simbólico botón rojo de “reset” que pulsaron juntos, entre risas, para poner el contador a cero en las relaciones de ambos países y abrir una nueva era de colaboración y entendimiento.
Esto ocurrió bajo el mandato de otro presidente ruso, Dmitry Medvedev. Desde entonces la relación de los líderes de Estados Unidos y Rusia ha sido fría y ha estado plagada de desencuentros.