Deportaciones impactan a niños

Protecciones infantiles ayudan, pero igual separan familias

Los niños estadounidenses cuyos padres son arrestados por las autoridades migratorias tienen más protecciones y derechos debido a cambios en políticas, pero eso no impide las separaciones familiares.

Hace unos días, Guillermo Daniel Barajas Zavala, de 9 años de edad, vivía con su mamá, María Zavala, en México y extrañaba a sus hermanos y tíos en Lancaster, California, a quienes no veía desde hace tres años. El niño ahora está de vuelta en Lancaster, y su mamá está en un centro de detención de Phoenix, Arizona.

“Extraño a mi mamá, estar con ella, pasear con ella”, contó Guillermo, quien tenía 6 años cuando su mamá tomó la decisión de irse a México a cuidar de otra hija gravemente enferma, dejando aquí a otros dos hijos mayores, ambos “dreamers”.

Hace una semana, María Zavala se entregó en Otay con Guillermo, pidiendo un permiso humanitario para regresar con su pequeño al país donde este nació “y tiene las mejores oportunidades”.

El destino de niños como Guillermo ha sido una constante denuncia de los defensores de los inmigrantes, sobre todo porque según activistas, cada año más de 5 mil niños terminan en hogares de crianza debido a la deportación de uno o dos de sus padres, víctimas de un Gobierno federal para el que el bienestar del niño no ha sido la prioridad.

Entre julio de 2010 y septiembre de 2012, el Gobierno de Estados Unidos deportó a 205 mil padres de niños ciudadanos.

En respuesta a estas denuncia, en agosto pasado, un memo del director de ICE ordenaba a sus agentes tomar en cuenta los lazos familiares de personas detenidas y sobre todo, si eran padres de un ciudadano. El estado de California añadió protecciones el año pasado, para evitar que los niños terminen en hogares de cuidado y permanezcan con familiares.

Estos cambios no han mantenido a Guillermo y a muchos otros niños junto a sus padres indocumentados, pero han ayudado a que menos de ellos caigan en el sistema de Protección Infantil pública, dijo Wendy Cervantes, de First Focus Campaign.

“Esto parece ayudar ya que anecdóticamente vemos menos casos llegando a hogares de crianza”, dijo Cervantes. “Pero también depende de la agencia y del lugar. En San Diego hay mejores políticas de reunificación”.

El niño fue uno de 71 menores que entraron al país junto con alguno de sus progenitores durante las últimas dos semanas, pidiendo su reingreso al país. De estos, 55 eran ciudadanos y fueron entregados a Servicios de Protección Infantil de San Diego (CPS).

Según Dulce Guerrero, de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes, la patrulla Fronteriza (CPB) tenía equipos de trabajadores sociales listos para llevarse a los niños.

“Se llevaron a 55 niños y faltan todavía 5 que siguen detenidos porque sus familiares no pueden ir por ellos o porque no tienen otra familia aquí”, dijo Guerrero.

Las autoridades migratorias también pueden liberar a los padres junto a sus hijos, como en el caso de la activista Elvira Arellano, liberada por CBP la semana pasada. Pero esta no fue la suerte de María Zavala, a pesar de que ella nunca había sido deportada como Elvira.

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