Una solución regional en Irak
La guerra en Irak es un conflicto religioso en el cual Estados Unidos puede hacer muy poco al respecto. La naturaleza de la guerra, y las lecciones recientes, indican que la solución está entre los sunitas, chiitas y los gobiernos de la región con influencia como Irán.
A Washington le queda de todas maneras una responsabilidad histórica al haber iniciado lo que amenaza ser la disolución de Irak. Primero al derrocar la dictadura secular de Saddam Hussein, luego al ser incapaz de proveer seguridad en la zona ocupada lo que condujo a los primeros conflictos sectarios.
Por eso es irónico que ahora los responsables de iniciar irresponsablemente una guerra mal preparada que por sus fracasos expandió el poder y el atractivo del extremismo islámico en la región, la muerte de mas de 4 mil soldados estadounidenses, sean hoy los críticos de la administración Obama por haber retirado las tropas. El delirio que llevó a pensar a los neoconservadores que la invasión de Irak iba a ser un “paseo” para imponer un contagioso régimen democrático, les hace pensar que se debió dejar tropas en Irak en contra del deseo de los iraquíes y estadounidenses. Confunden las circunstancias de Alemania y Corea del Sur con Irak.
El que los miembros del partido republicano se embarquen en una campaña acusando a Obama de “perder Irak” devela desde una conveniente amnesia hasta una hipocresía electoral.
El presidente Obama es quien no puede darse el lujo de sueños como los neoconservadores ni de tomar decisiones de política exterior basadas en las presiones domésticas. Sobre él recae el peso de lidiar con el primer ministro Nouri Al Maliki que, lejos de pacificar políticamente la nación, la radicalizó religiosamente aún más, al perseguir a los políticos sunitas.
Estados Unidos puede bombardear posiciones de los insurgentes del Estado Islámico de Irak y el Levante y retrasar su avance en busca un estado religioso entre Irak y Siria. Sin embargo, esa no es la solución del conflicto.
La corriente religiosa extremista de los rebeldes dificultará las negociaciones. Pero el camino a una resolución está principalmente entre los países de la región que son los que viven los cimbronazos geopolíticos.