Análisis: Muchos pierden al no haber reforma

ANÁLISIS

El colapso de la iniciativa para una reforma migratoria, ahora política y oficialmente muerta, deja a unos 11 millones de indocumentados en Estados Unidos sin esperanza de legalizar su situación, al presidente Barack Obama con un revés significativo en su agenda y al Partido Republicano muy mal parado.

Obama, quien se postuló para la reelección prometiendo que lograría un terreno común con la oposición en temas como la inmigración, puso la reforma migratoria como una de sus prioridades en la agenda de su segundo mandato, y apunta directamente a los republicanos de este fracaso.

A corto plazo los ganadores de esta larga e intensa batalla son los ultraconservadores republicanos del movimiento Tea Party, que reiteraron una y otra vez no estar dispuestos a respaldar ningún tipo de “amnistía” a los indocumentados, y los republicanos moderados que lograron evitar un debate sobre la inmigración en pleno año electoral.

Pero el partido en sí queda con el mismo problema que enfrentó en las elecciones presidenciales de hace dos años: una situación de desventaja con el creciente bloque de votantes latinos.

Muchos republicanos han advertido que su partido no ganará otra elección nacional a menos que encuentre una manera de mejorar la posición del partido con los latinos. Pero eso no es posible, advierten los expertos, sin la aprobación de una ley de inmigración.

“En el corto plazo, los republicanos van a evitar una guerra civil interna sobre un tema sobre el que se dividen con amargura,” dijo al periódico Wall Street Journal el analista político, Stuart Rothenberg. “Pero en el largo plazo, los republicanos no han resuelto un problema que es un gran problema para ellos en un año de elecciones presidenciales”.

Incluso con este impase con los republicanos, Obama presentó al Congreso una propuesta para frenar la reciente crisis en la frontera sur del país por la llegada de más de 52 mil menores no acompañados detenidos por las autoridades estadounidenses en su intento de entrar ilegalmente al país. Esta medida incluye que se autorice la asignación de más de $2,000 millones en fondos de emergencia para reforzar la seguridad fronteriza y un cambio en la ley para que la administración pueda repatriar de forma “acelerada” a ciertos niños a sus países de origen.

“Tomar acción ejecutiva en inmigración no solo es inconstitucional, sino también contraproducente para la meta de arreglar nuestro sistema migratorio que ahora no funciona”, declaró el senador republicano Marco Rubio, quien ayudó a aprobar el proyecto bipatidista de legalización en el Senado.

Bajo este panorama político, lo más seguro es que para el final del segundo mandato de Obama estaremos más o menos en el mismo lugar que ahora: los republicanos se quejan de que Obama está excediendo su autoridad, Obama quejándose que los republicanos están obstruyendo un plan de reforma migratoria y el problema fundamental de la inmigración seguirá sin resolverse.

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