Una decaída infraestructura
El derrame de 20 millones de galones de agua por la rotura de una cañería fue una imagen insólita, considerando que California está en una de las peores sequías de su historia. Al mismo tiempo, es un recordatorio para el alcalde Eric Garcetti, de la labor que tiene ante sí, para poner al día la decaída infraestructura de Los Ángeles.
La cañería que explotó esta semana en una calle aledaña a la Universidad de California, Los Ángeles, es parte de un sistema que tiene cerca de 100 años de antigüedad. Este tipo de rupturas han ido sucediendo con el pasar de los años, como ocurrió en el 2009 en el Valle de San Fernando.
El reemplazo del sistema de cañerías, según lo estimado por el concejal Paul Koretz, costaría 4,000 millones de dólares, su realización tomaría una década y representaría un aumento anual de 4% en la cuenta del agua.
A esta costosa perspectiva, se le debe sumar otros serios problemas de infraestructura municipal como las aceras rotas que originó una demanda judicial contra la ciudad y las calles, de las cuales un cuarto de ellas está en mal estado.
Esto presenta un serio dilema a Garcetti, quien quiere ser un alcalde que repara problemas, mejorando así la calidad de vida de los angelinos. La cuestión es, de dónde obtener el dinero para reparar la infraestructura.
La situación con el agua es un ejemplo de las dificultades. Para hacer una reparación masiva se necesita aumentar el costo del servicio en un momento en que la gente no quiere pagar más, y mucho menos al Departamento de Agua y Energía que todavía sigue bajo serias controversias.
Nuestra ciudad necesita hacer sus reparaciones. El dejarlo para más adelante significa un costo más alto, puede ser peligroso y no es correcto pasarle toda la responsabilidad a las generaciones venideras. Es una cuestión de prioridades que deben definirse.