La dicotomía de México
El tema de la migración coloca a México en dos lados del mostrador como nación de emigrantes y como terreno de paso. Como un país que quiere todas las protecciones posibles para sus ciudadanos en Estados Unidos, al mismo tiempo que es incapaz de proveer garantías a los indocumentados que cruzan o deciden quedarse en su territorio.
Esta es la dicotomía a la que se refiere en un reporte crítico hacia el vecino país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Allí se asegura que el “Estado mexicano ha sido claramente insuficiente para proteger, procesar, sancionar y reparar los delitos y violaciones a los derechos humanos cometidos contra las personas migrantes …”
Los peligros que enfrentan los migrantes al cruzar México son inmensos debido a las mafias organizadas y la delincuencia. A esto se le debe sumar el abuso por parte de los agentes estatales y autoridades locales.
Es cierto que hay una nueva legislación para despenalizar la inmigración ilegal y proteger a los migrantes, pero se necesita mucho más que eso. El reporte del CIDH dice que la detención con “mínimas” posibilidades de ser liberado es el trato más común recibido por parte del indocumentado cuando entra en contacto con las autoridades mexicanas. De esto no se salva nadie, ni los niños.
México, según el reporte, pone también dificultades para la regularización de los indocumentados y hasta se registraron negativas a inscribir como nacionales a sus hijos nacidos en territorio mexicano, en violación de la ley.
Esta contradicción entre lo que exige México para sus compatriotas en Estados Unidos y lo que otorga a los centroamericanos le resta autoridad moral, lo deja en una situación de franca hipocresía. Ya sea en cuanto al trato al inmigrante de paso como el que quiere construir su vida allí.
Este no es un problema de un gobierno específico. A lo largo de los años las autoridades mexicanas expresaron preocupación al ser confrontados por esta contradicción, sin embargo está muy lejos de corregirse. Esto significa, tal como lo señala el reporte, que la vulnerabilidad de los migrantes en México es una de las “tragedias humanitarias” de la región.