Clayton Kershaw, el amo de la efectividad en la lomita

El estelar zurdo de los Dodgers se perfila a conseguir el tercer Cy Young en los últmios cuatro años

En una era en la que el bateo largo y corto se ha establecido, trayendo consigo su cargamento de carreras impulsadas, Clayton Kershaw ha impuesto su ley a base de efectividad.

Algunos seguidores del béisbol se preguntarán ¿qué es la efectividad? Es simple.

Es el promedio de carreras limpias permitidas por un pitcher basado en el número de carreras limpias recibidas por cada nueve innings.

Kershaw posee en estos momentos una efectividad de 1.70, que es producto de 32 carreras limpias toleradas en 169 innings y un tercio. Eso significa que CK ha permitido menos de dos carreras limpias en nueve entradas. Algo fenomenal.

Sólo es cuestión de tiempo y de los trámites de rigor para que el lanzador estrella de los Dodgers lleve a su urna personal el tercer premio Cy Young en los últimos cuatro años.

Según encuestas, la mayoría de los seguidores del béisbol disfrutan de los cuadrangulares, pero para aquellos que saborean y exigen las delicias de un pitcheo de calidad, Kershaw ha sido la respuesta, a tal grado, que hoy en día hace de cada apertura todo un acontecimiento.

En su más reciente salida (el martes pasado), CK se convirtió en el primer pitcher que alcanza las 17 victorias en las Grandes Ligas esta temporada y redujo su efectividad a 1.70, la mejor del todo el béisbol.

Por si fuera poco, ponchó a ocho bateadores de los Nacionales de Washington, y con ello sobrepasó las 200 K’s por quinta campaña consecutiva, una racha sólo superada por las 6 de Sandy Koufax, otro de los monstruos de la lomita.

Ha sido tan impactante el desempeño del hombre que hace honor a la primera letra de su apellido con tantos ponches, que ha refrescado la memoria a los que vieron, escucharon o han leído de las hazañas de Koufax, su mentor desde que llegó a los Dodgers.

De mantener ese paso arrollador, los tiempos futuros embalsamarán los asombrosos promedios de efectividad de este excepcional zurdo texano que nació hace 26 años en Dallas, hoy por hoy el as de espadas de Don Mattingly.

En tres temporadas consecutivas, el nombre de Kershaw resalta en la punta de la columna de efectividad en el beisbol más exigente del planeta: 2.28 en 2011, 2.53 en 2012 y 1.83 el año pasado.

Dos campañas seguidas con promedio de carreras limpias permitidas debajo del ya de por si excelente 2.00, sólo la consiguen los fenómenos del montículo y Kershaw pasará a la historia como uno de ellos.

Cuando le pidieron a Mattingly que hablara sobre la excepcional labor de CK después del partido del martes, el piloto respondió lacónicamente: “Sólo busquen mis comentarios tras su última apertura. Ya no hay palabras con qué elogiar el trabajo de Clay”.

Muchos se preguntan cuántas victorias llevaría Kershaw de no haber perdido seis semanas por una lesión a inicios de la temporada y si merece ser electo el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.

Los defensores de los que juegan a diario argumentan que un lanzador lo hace cada cuatro o hasta cinco días, pero Mattingly se irrita cuando le tocan el tema.

“Creo que un pitcher que casi exige tirar todo el juego, debe ser considerado (JMV). ¿Qué debemos hacer? Pónganlo en una burbuja. Es un jugador de béisbol y estamos en carrera hacia un título guiados por su gran aporte”, sostuvo Mattingly.

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