La oportunidad de ‘Vergara’
Los maestros necesitan una protección laboral contra los posibles atropellos de sus supervisores y los alumnos tienen derecho a una educación que incluya un profesor razonablemente competente. El caso Vergara puede ser una pieza importante para este fin.
El juez Rolf Treu confirmó la semana pasada su veredicto declarando que las actuales normas de protección laboral de los maestros perjudican a los estudiantes, especialmente a los de minorías.
El juez no dijo que los educadores no merecen un sistema que evite el despido injusto, ni tampoco q ue los maestros son el obstáculo al aprendizaje. El magistrado tampoco se refirió a cómo mejorar la enseñanza.
En cambio, señaló que el otorgamiento de la permanencia del maestro o tenure en dos años era demasiado rápido y que se perjudicaba a los alumnos igualmente, el despedir a los profesores de acuerdo con su antiguedad, especialmente en los casos de recorte de presupuestal.
La idea de estudiar y hacer cambios en estos aspectos no es una ataque a los educadores. Por ejemplo en el Distrito Escolar de San José, las autoridades y el sindicato local de maestros acordaron cambios en las áreas de Vergara, como en otras.
La Junta Estatal de Educación y el superintendente Torlakson, rechazaron el acuerdo bajo la presión del sindicato estatal de maestros, que “defendió” a los educadores incluso contra la voluntad de estos maestros. En este caso parece ser mas importante la política laboral global que el ambiente educativo que los maestros de San Jose quieren crear en sus aulas.
No es correcto que los detalles de la política educativa se armen en un juicio en vez de hacerlo en la legislatura. Lamentable las buenas intenciones de realizar cambios significativos se estrellaron con la oposición sindical en Sacramento.
Creemos que es justo y necesario el proceso de apelación al fallo de Treu, pero es un error creer que derrotando el fallo está todo bien. La demanda Vergara no es frívola, cuestiona aspectos que deben ser atendidos. Lo mejor para los alumnos es que los maestros sean protagonistas de estos cambios en vez de defender una realidad indefendible.